Para cuatro fervientes peregrinos la fe es más grande que la preocupación de contraer Covid-19 y es por ello que emprendieron desde su natal Yucatán un largo viaje rumbo a la Basílica de Guadalupe.
En una breve parada que hicieron en la cabecera municipal de Apizaco, Tlaxcala, los “fieles guadalupanos” contaron que partieron de Mérida el pasado 25 de octubre y estiman arribar al templo mariano el 25 de noviembre.
Un mes de largo viaje en el que Miguel Ángel, Iván Alberto, Irving y José Guadalupe han padecido frío, hambre y algunos incidentes, pero ninguno que les haya impedido continuar con su trayecto rumbo a la villa religiosa de mayor trascendencia en el continente americano.
La cuarteta de ciclistas ha recorrido el sur y sureste mexicano con una sola misión: cumplir su promesa de visitar por tercer año consecutivo el altar de la “madre de todos los mexicanos” y arrodillarse ante ella debajo de su altar.
Miguel Ángel contó a El Sol de Tlaxcala que en su travesía se han quedado a dormir en presidencias municipales, iglesias, cajeros automáticos y mercados, aunque también ha encontrado la solidaridad de autoridades y diversos ciudadanos que los alimentan en sus casas o les pagan una pensión para que puedan descansar y asearse.
“Tenemos pensado llegar el 25 de noviembre, es un mes de largo viaje en el que por fortuna no nos ha pasado nada grave… hemos encontrado a muchas personas buenas que nos dan alimento y abrigo, lo que agradecemos porque son ángeles para nosotros en este largo viaje”.
Los peregrinos solo llevan consigo su bicicleta, gorra y playera verde con blanco que los identifica como integrantes de una pequeña peregrinación, una bocina que anuncia su paso con música y en el portabultos llevan algunas prendas de vestir, refacciones de sus bicis y bomba de aire en caso de ser necesario.
A paso lento y en los tramos que pueden a 30 o 40 kilómetros por hora, los peregrinos cruzan las carreteras del país para llegar pronto a la Basílica de Guadalupe, en la alcaldía Gustavo A. Madero de la Ciudad de México.
“Sabemos que hay indicaciones de las autoridades de quedarse en casa y no hacer peregrinaciones, pero para nosotros la fe es más grande que la preocupación de enfermarnos y quisimos cumplir con nuestra promesa”, expresaron antes de retomar su camino.
Los cuatro “fieles guadalupanos” son originarios de Kanazín, Valladolid y San Simón, comisaría de Santa Elena, Yucatán, quienes son conocidos en aquella entidad por esta travesía en bicicleta que inició hace dos años.
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