Después de un año sin actividades religiosas en Ixtenco, este año, mayordomías retomaron los rituales en honor a San Juan Bautista.
El pasado 24 de junio, la comunidad otomí celebró su fiesta mayor con la tradicional procesión por las principales calles del poblado, en cuyos barrios, la imagen fue recibida con coloridos tapetes de aserrín y semillas.
Mientras que la música de viento hizo ameno el andar de decenas de personas, quienes permanecieron fieles pese a las inclemencias del tiempo.
Como parte del ritual, es costumbre que los fieles, después de acompañar al santo, reciban un vaso de atole agrio y un tamal ‘tonto’, alimentos infaltables en las celebraciones.
Y después de la celebración eucarística, a los comensales se les ofrece el platillo protagonista de la fiesta de Matuma: el ‘mole de ladrillo’.
MOLE DE LADRILLO
Hecho a base de guajillo, masa de maíz, semillas de cilantro, canela y carne de res, este platillo ancestral se sirve en los hogares de los mayordomos el día 24 de cada mes, así como en la fiesta mayor, el día de santo patrono.
El mole de Matuma, que en lengua otomí significa “mayordomía” es una receta típica de la comunidad indígena ubicada a las faltas de la Matlalcueyetl.
El también conocido como ‘mole de ladrillo’, por su peculiar color, se ofrece a los comensales en cajetes, acompañados de tamales de anís y pulque. Además, es costumbre que las mujeres lleven una olla para que el alimento sea compartido en su hogar.
RESGUARDAN A SAN JUAN BAUTISTA
Don Evaristo Hernández, habitante de la comunidad de Ixtenco, refiere que la fiesta de la Matuma se celebra desde tiempos ancestrales, sus abuelos, padres y ahora hijos, continúan venerando cada mes la imagen de San Juan Bautista.
Las mayordomías, personas en particular que permiten la entrada del santo en sus hogares, son otorgadas mensual y anualmente. Los encargados, entonces, tienen la encomienda de ofrecer cada 24 de cada mes tamales, atole agrio y el mole de Matuma a alrededor de 500 personas.
A veces los mayordomos terminan vendiendo un terrenito para cumplir con el compromiso, pero es parte de la tradición, dice don Evaristo, quien hace dos años cumplió ya con la manda.
- 600 mil pesos se llega a invertir en la fiesta mayor en honor a San Juan Bautista.
- Cada año, el 24 de junio, la iglesia se adorno con arcadas de semillas, hechas por artesanos del municipio.
El mole de Matuma, atole agrio y ‘tamales tontos’ son alimentos infaltables en las celebraciones de la comunidad otomí.
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