La parroquia de San Juan Bautista, ubicada en la cabecera municipal de Atlangatepec, es un reflejo de la humildad de los franciscanos. En el pasado fue el cuarto convento fundado por los franciscanos en la antigua Provincia de Tlaxcala y a 449 años de su edificación se mantiene en pie.
Esta joya arquitectónica es uno de los Rincones Sagrados con los que cuenta Tlaxcala, además de un templo en el que las manifestaciones de fe son ejemplo, en un territorio conformado en su mayoría por rancherías y comunidades rurales.
La resistencia ha marcado la historia de este sitio religioso, de acuerdo con el cronista de Atlangatepec, Antonio Rodríguez Pelcastre, han sido dos las sedes del convento, aunque no hay datos precisos la historia refiere que aproximadamente en 1535 los franciscanos fundaron el primer convento de la demarcación en la comunidad de Atzompa, hoy Santa Clara Ozumba.
Sin embargo, la endeble estructura hecha de adobe y de un techado muy sencillo se derrumbó durante un temblor registrado en el año de 1560, por ello, a recomendación del historiador Diego Muñoz Camargo la construcción fue trasladada a la cabecera municipal y abrió sus puertas en 1575.
Los datos de Rodríguez Pelcastre sugieren que el convento fue el cuarto construido en la entidad, después de Tlaxcala, Atlihuetzia y Tepeyanco, con el objetivo específico de servir al prójimo, pues en el lugar los frailes franciscanos daban asistencia parroquial y médica a los viajeros que transitaban por el camino real que conectaba a Veracruz con la hoy Ciudad de México, en ese entonces Tenochtitlan.
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EN PIE LA MAYOR PARTE DE LA ESTRUCTURA
A más de cuatro siglos de este templo que ahora es conocido como la parroquia de San Juan Bautista, en el municipio de Atlangatepec, la mayor parte del sitio se mantiene en pie.
En la parte oriente de la zona en la que se ubica el templo se encuentran las ruinas del exconvento que son protegidas por los pobladores y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) como un testigo mudo de la evangelización en la región.
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La parroquia en honor a San Juan Bautista se ubica en lo que fue el claustro, que es una galería de arquerías que descansan en columnas y rodean el patio principal de una iglesia o convento y la capilla principal.
Esta construcción refleja algunas modificaciones estructurales a lo largo de los siglos, entre las que destacan las de la capilla que a simple vista puede observarse que de origen la construcción fue a dos aguas, como en el de Nuestra Señora de la Asunción, en la capital tlaxcalteca.
Años después, el techo fue modificado a circular o de media caña, para eso tuvieron que colocar contrafuertes que permiten soportar el peso, principalmente en el lado norte, que con el tiempo han ido reforzando y ahora son unos arcos que caracterizan la estructura y que no son visibles en ningún otro convento.
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PARROQUIA A SAN JUAN BAUTISTA, EJEMPLO DE FE
De acuerdo con el vicario Episcopal de la Diócesis de Tlaxcala y hasta hace unos días párroco de Atlangatepec, Jorge Iván Gómez Gómez, la parroquia a San Juan Bautista es ejemplo de fe en la entidad, pues conjunta 12 comunidades del municipio, que son: Villa de Las Flores, Santa María Tepetzala, San Pedro Ecatepec, La Trasquila, Tezoyo, Zumpango y Villa Alta, además de integrar pastoralmente el municipio de Muñoz de Domingo Arenas y sus comunidades Nueva Ampliación y Chipila.
Externó que los habitantes se caracterizan por su piedad y el respeto a sus tradiciones, al ser una demarcación en gran parte rural el 15 de mayo celebran a San Isidro Labrador con gran devoción; el 16 de julio a Nuestra Señora del Carmen y la principal el 24 de junio en honor a San Juan Bautista.
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Por otra parte, el templo a través de su párroco se traslada a las comunidades y rancherías, en las que la gente solicita las celebraciones religiosas que en muchas ocasiones se desarrollan en los ranchos o los establos, que son sitios de reunión para la población del municipio ubicado al norte del estado.
“En el templo cada que celebro la eucaristía me deleito observando, hay muchos detalles como todos los templos antiguos, aunque en este se refleja mejor la austeridad de los franciscanos a diferencia de otros templos”, exaltó Jorge Iván Gómez Gómez.
RINDEN CULTO AL AGUA
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La extensión de la parroquia de San Juan Bautista es menor a la de muchos otros templos de la entidad; sin embargo, su originalidad lo caracteriza al contar con una capilla en honor al Santísimo, otra en la que se venera a Nuestra Señora de los Dolores, así como el Bautisterio y, en lo alto, el coro.
En el templo honran a San Juan Bautista por una sencilla razón, los franciscanos buscaban algo característico de las comunidades, en este caso fue su aprecio por el agua que ligaron al bautismo de Jesús y, por ello la importancia de venerar a San Juan Bautista.
Cabe señalar que el lugar de origen de construcción del convento, la comunidad de Santa Clara de Ozumba alberga unos de los nacimientos de las vertientes del Río Zahuapan y eso refuerza su fe a San Juan Bautista.
Si bien los datos no son precisos, el templo pudo tardar en ser edificado de 20 a 25 años y a más de 400 años aún conserva sus rasgos de origen, por ello actualmente trabajan con el INAH en un proyecto de preservación.
UN VIAJE AL PASADO RECORRER LA PARROQUIA
Recorrer la parroquia en honor a San Juan Bautista se convierte en un viaje al pasado donde sus muros centenarios guardan miles de historias, las instalaciones a las que es un privilegio ingresar y que pocos tienen la oportunidad guardan archivos de amplio valor.
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El Sol de Tlaxcala tuvo acceso al inmueble en el que hay libros, lienzos, imágenes religiosas e indumentaria de los párrocos que reflejan la evolución del templo a lo largo de los años y que de acuerdo con el cronista Antonio Rodríguez es de vital importancia proteger, para que la historia se siga contando a las futuras generaciones.
Los muros que sostienen el inmueble religioso son muy anchos entre 80 y hasta 120 centímetros, el campanario hecho de materiales como el xalnene que abunda en la región y conserva su escalera de origen, que presenta un grado importante de deterioro.
Aunque no es un hecho comprobado, los pobladores creen que la iglesia está construida sobre un basamento debido a la figura que destaca en el arco ubicado en la escalera de la entrada y que conecta con el atrio.
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El ladrillo y la piedra también resaltan en la construcción y las anchas vigas de madera que soportan los techos. Otro aspecto que contribuye a esa teoría es que las escaleras cuentan con bloques muy bien delineados, que podrían corresponder a la antigua construcción.
El templo no cuenta con adornos en la fachada, sino únicamente con cuatro retablos que están al centro de la parroquia, los cuales han mantenido el color blanco y actualmente algunos rasgos de rojo, mientras que en la mayor parte de la construcción destaca el uso de materiales como morteros hechos con arena, cal viva y baba de nopal.
En todo el tiempo de existencia no hay modificaciones importantes a la estructura, solo el cierre de dos paredes para dar vida al bautisterio que formaban parte del deambulatorio de los frailes.
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Cabe señalar que en el bautisterio contaban con una pintura muy antigua que es el bautizo de Jesús con San Juan Bautista, obra que los pobladores buscan rescatar por el gran valor histórico con el que cuenta y que con el paso de los años ha sufrido un importante deterioro.
El lugar también contempla su belleza porque pocas han sido las modificaciones hechas a la estructura, entre ellas la colocación de dos vigas de cemento para sostener el techo, lo que rompe con la estructura original que fue construida con madera. De acuerdo con el cronista, los cambios no han sido con mala fe de los vecinos, sino como una manera de preservar la iglesia sin pedir la intervención de expertos.
Ahora buscan el apoyo del INAH con especialistas, la finalidad es que puedan contar con restauradores que permitan la conservación sin perder la belleza original, es el caso de un órgano tubular con el que cuentan que, si bien, ya no está en condiciones de ser operado, por lo menos puede ser arregladora para que la ciudadanía lo pueda admirar.
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Otro aspecto que hay que destacar de la antigua construcción es la difusión sonora, que a través de unas “ollitas” construidas dentro de los muros permiten que la gente pueda escuchar las celebraciones religiosas sin la necesidad de utilizar micrófono, desde el coro hasta el altar mayor. A través de su arquitectura vernácula, la parroquia de San Juan Bautista refleja la larga tradición religiosa de Tlaxcala, así como la estampa de una sociedad que ha tallado su identidad a la postre. Un sitio que resguarda tantas historias como generaciones de fieles han ingresado.
- El templo que alberga la parroquia de San Juan Bautista fue construido hace 449 años.
- Atlangatepec fue el municipio en donde se construyó el cuarto convento franciscano, como parte de la evangelización en Tlaxcala.