Aislado de la zona conurbada, desde que comenzó el coronavirus en México, en Santiago Villalta, municipio de Atlangatepec, con 607 habitantes, no hay un solo registro de contagio.
Mientras en la capital tlaxcalteca va en aumento el número de enfermos y decesos por Covid, en Santiago la gente no usa cubrebocas ni gel alcoholado y el distanciamiento social se da en forma natural. Para ellos, el SARS-CoV-2 no existe.
En esta comunidad se puede acceder por dos caminos de terracería por San Andrés Buenavista, Tlaxco y por Zumpango.
Tiene 200 casas asentadas en nueve calles, de las cuales cinco están pavimentadas. Cuenta con un preescolar y secundaria adscritos al Consejo Nacional de Fomento Educativo donde estudian 38 menores, a la escuela primaria Graciano Sánchez, fueron inscritos 42 niños para este ciclo escolar.
Los alumnos reciben clases a distancia en esa comunidad, aunque es complicado pues no tienen internet, las tareas son conducidas por las madres de familia mediante mensajes e imágenes en WhatsApp.
Su aislamiento es tal que solo tienen tres corridas de transporte al día hasta Apizaco a las 06:30, 09:30, 13:30 horas y el regreso a las 16:00. La única forma de salir de ese lugar es en motocicleta o camionetas, pero apenas un 30% de los hogares dispone de ello. Antes de que llegue la noche, todos están confinados en sus hogares.
En Villalta hay solo dos tiendas donde se abastece la gente de víveres. Diariamente, las mujeres elaboran tortillas a mano y se alimentan de ganado de traspatio, consumen lo que producen, los hombres se dedican a la extracción de aguamiel para fermentar pulque y venderlo y a la siembra de maíz nativo.
Como don Anselmo Guevara, quien desde hace varios años, tiene un establecimiento de pulque en Apizaco. En este pueblo, contadas personas ven la conferencia de prensa de Andrés Manuel López Obrador, por eso, la mayoría desconoce el número de contagios y decesos sin imaginar lo que pasa en el mundo.
Aunque solo tienen una casa de salud que visita un médico cada ocho o 15 días, la población está sana.
Eso sí, tienen 10 “pulcatas”, por lo que, un 90% de los habitantes consume pulque y aguamiel. Hombres y mujeres viven felices contando chistes de la llamada “bebida de los dioses”.
No hay contagios de Covid, porque somos pocos y casi no salimos del pueblo, los niños permanecen en casa, mi gente se alimenta sanamente y bebe pulque, Dios nos ve con amor, expresó la presidenta de comunidad, Aidé Carmona León.
Para José Luis Jiménez, administrador del restaurante Fuerte Apache, la comunidad de Santiago debe considerarse como ejemplo a seguir “pues no tenemos contagios ni muertos y esto se puede constatar en el Registro Civil”.
No dejes de leer: