Miles de peregrinos de la Ciudad de México, Puebla y Tlaxcala arribaron hasta la Basílica de la Virgen de la Caridad en Huamantla para recargarse de fe. A diez días de la celebración: "la noche que nadie duerme", en que los parroquianos elaboran tapetes de aserrín en el centro del pueblo mágico, la feligresía comenzó a visitar el santuario.
Ahí, los párrocos celebran misas continuas, al tiempo que solicitan a los peregrinos que regresen con precaución a sus destinos.
La imagen de la virgen de la Caridad fue descendida de su nicho para que sea tocada, aparece con vestido blanco del año pasado.
El templo luce lleno de flores a las afueras, en el atrio de la iglesia, protegidas en una techumbre, los artesanos elaboraron dos alfombras: una de ellas a base de semillas de maíz, frijol, haba, olotes, tunas y duraznos de temporada; mientras que la otra dedicada a la Santa Patrona fue diseñada con flores multicolores de dalia.
Los visitantes aprovechan para retratar las multicolores alfombras, después siguen su paso hacia el templo católico.
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