Al ser nombrado Obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino ya tenía en mente la cercana santificación de los mártires tlaxcaltecas, Antonio, Cristóbal y Juan.
Y Bromea: para ello era necesario contar con un Obispo y dijeron aunque sea ese tráiganlo para la canonización. Explicó que la canonización es un proceso que da luz e ilumina su servicio pastoral porque es un don que Dios otorgó a Tlaxcala.
Detalló que en este caso no fue necesario el milagro previo para su santificación, el milagro es la misma canonización, cuando el Papa Francisco vio a los Niños Mártires de Tlaxcala como un modelo de vida y una respuesta a muchas necesidades.
Insistió en que los también llamados “Patronos de la Niñez Mexicana” son modelo para los tiempos actuales, y que su santificación es una veta muy grande que debe ser explotada para iluminar la vida de la Diócesis, por medio de un proceso en el que intervienen los catequistas, los niños, el aspecto misionero, la evangelización e infinidad de aspectos.
Respecto del santuario donde serán venerados pidió respetar el Decreto hecho por su antecesor Francisco Moreno Barrón en 2013, cuando erigió al Exconvento de Santa María de la Concepción, ubicado en Atlihuetzia, como santuario de los Niños Mártires de Tlaxcala.
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de junio de 2017 fue nombrado Julio César Salcedo Aquino como obispo de Tlaxcala