Durante la época navideña, en plazas y mercados del país mexicano se continúa comercializando una flor de Nochebuena, hecha de papel y tinta, cuya popularidad creció a finales de los años 90 gracias a don Moisés Romero Cuenca, artesano originario de San Miguel Xochitecatitla.
Don Moisés, junto a su familia, iniciaron un negocio que prosperaría décadas después, dando hasta el día de hoy empleo a decenas de familias de la localidad situada en el municipio de Nativitas.
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Jorge Luis Romero Paredes, uno de los hijos del precursor del adorno de temporada, comenta que el negocio familiar inició con la elaboración de flores hechas con totomoxtle (hoja de maíz), pero su poca duración obligó a su padre a repensar el uso de un nuevo material.
Así nació la primera flor hecha con plástico de acetato, cuyo material le daba un brillo inigualable a la artesanía que poco a poco comenzó a venderse fuera del estado. Sin embargo, ante el remplazo de este plástico por el pet, el material para su elaboración ya no era redituable.
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La nueva generación de artesanos pensó en utilizar el papel couché para continuar con el legado. Actualmente, se realizan cerca de 500 flores de papel diariamente, las cuales se distribuyen en todo el país, siendo la Ciudad de México el principal punto de distribución.
Romero Paredes asegura que esta artesanía se elabora únicamente en Xochitecatitla, y que al ser una figura que representa la Navidad, se adquiere con facilidad en cualquier parte.
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En mercados y negocios particulares se consigue en 50 pesos, pero en el modesto taller de la familia Romero, lugar de origen de la nochebuena tlaxcalteca, se venden únicamente en 25 pesos, precio que menosprecia el arduo trabajo artesanal de al menos 12 horas al día.
PROCESO
Para elaborar la flor se requiere de un largo proceso, en el que se emplea hasta 24 horas, todo dependerá del maquilado y el secado del ‘follaje’. Jorge L. Romero explica a este Diario que su elaboración, en su mayoría, es aún artesanal, pues solo cuentan con dos máquinas industrializadas, la cuales son usadas para el corte y prensado de la hoja.
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El resto lo hacen las manos de quienes gustosos entintan, amarran y empaquetan el producto final que se envía a diferentes puntos de la república mexicana. ¿Quién diría que el papel, un material sensible, pudiese aguantar hasta cuatro meses en la tempestad? La duración de la nochebuena, por supuesto, dependerá del cuidado. Así, si se mantiene en un lugar seco y lejos de los rayos del Sol y la lluvia, la flor puede durar hasta cinco años, según el pronóstico del artesano tlaxcalteca.
ELABORACIÓN DE ‘FOLLAJE’
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¿Qué hacen los artesanos el resto del año? Aunque pudiésemos imaginar que solo durante esta temporada Xochitecatitla brilla por su artesanía, la realidad es que las familias dedicadas a ello se la han ingeniado para vivir de su trabajo todo el año.
De enero a septiembre, los Romero Paredes producen follaje y flores multicolores para la ornamentación de festividades de índole religioso y artísticas. “En las costas del país, por ejemplo, el follaje es requerido para las coronas que se envían a los difuntos”, dice Jorge.
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De esta manera, hay actividad en los talleres los 365 días del año, siendo de octubre a diciembre los meses más fuertes económicamente hablando, pues la comunidad, situada al pie de la pirámide de Xochitécatl, se le conoce nacionalmente por su nochebuena de papel cuché brillante.
25 pesos es el costo de la nochebuena de papel.
500 flores de papel producen al día en el taller de la familia Romero Paredes, pioneros de esta artesanía en la comunidad de San Miguel Xochitecatitla.
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Todo el año, la familia Romero Paredes produce flores multicolores y follaje, cuyo producto se comercializa en gran parte de la republica mexicana, siendo la Ciudad de México el principal punto de distribución.
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