“La Navidad no es una historia para conmoverse, es una oportunidad para entender el proyecto de vida de Dios y nosotros estamos llamados a generar vida”, expresó el Obispo de Tlaxcala, monseñor Julio César Salcedo Aquino, durante la misa navideña celebrada en la capilla del Seminario Conciliar de Nuestra Señora de Ocotlán este 25 de noviembre.
Señaló que la convivencia es la clave para abrazar el mensaje de esta fecha donde Dios se hace presente en la humanidad, a propósito del Evangelio de San Juan: “Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra se hizo carne para que la pudiéramos ver. Dios lo ha dicho todo”, parafraseó.
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Ecuánime, Salcedo Aquino hizo un llamado a valorar el silencio y contemplar el pesebre confeccionado en los hogares, plazas y templos, donde “nació la noche de ayer y hoy llevamos con nosotros”.
“San Francisco de Asís tuvo la sensibilidad para revivir los sentimientos de María y José cuando nació Jesús e hizo el primer Nacimiento hace 800 años. Hoy, los nacimientos que tenemos en nuestras casas manifiestan la ternura de Dios y ayudan a escuchar la palabra del Padre”, agregó.
En esta Navidad, de acuerdo con el religioso, el mensaje de alegría va encaminado a celebrar, caminar con fe y a compartir la vida en comunidad.
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“No estamos para vivir solos. Dios nos ha hecho parte de una Iglesia, de una gran familia. Cuando compartimos tiempo, cualidades y dones, vivimos en alegría; pero cuando nos encerramos en el egoísmo, vivimos en la tristeza”.
La Iglesia se unió al mensaje de Salcedo Aquino al elevar una oración final, a manera de “gracia” navideña.
“En esta Navidad lo que le pedimos al Señor es que su amor y su misericordia lleguen a las comunidades y a las familias. Que la paz llegue a nuestros corazones y al mundo entero necesitado de paz. Este es un tiempo de salvación y un tiempo de alegría”.