Misas, Mañanitas, pirotecnia y una variada gastronomía llevaron a los templos católicos en Tlaxcala para celebrar a la Virgen de Guadalupe.
A su regreso de la Villita en la Ciudad de México con el “Fuego de la fe”, hombres, mujeres y niños antorchistas mostraron su amor a la Reina de México.
Y le agradecieron porque tienen salud y empleo frente a las calamidades recientes; flores y veladoras adornaron sus altares.
Bombas multicolores, cohetes de trueno y castillos con piromusical en su honor; ponche, pancita, tamales y café para paliar las bajas temperaturas en el nuevo día.
Y es que la Virgen de Guadalupe es la única que convoca a más personas en México y en el mundo.
No importaron las condiciones climatológicas (lluvia, caída de ceniza, humo y heladas) ni la distancia donde apareció hace 492 años, para pedirle que ruegue por ellos ante Dios.
Incluso, ni bajo el peligro durante el trayecto para visitarla en el cerro del Tepeyac.
En la víspera del 12 de diciembre la quema de salva en las comunidades, dio la bienvenida a la Madre de Dios.
En el lugar conocido como La Cerrada del municipio de Totolac, la Comisión Patronal colectó de vecinos y comerciantes la cooperación para organizar la fiesta.
“Para la Virgen la aportación es voluntaria, las familias son generosas dan lo que Dios les concede… hay que ser agradecidos porque hubo quienes tenían planes para mañana y ya no están”, expresó Israel Hernández, encargado de la salva.
Con bailes populares, la fiesta religiosa se prolongará esta noche en centros de trabajo, hogares y capillas.