Para reactivar su economía, coheteros de diferentes municipios de Tlaxcala, llevaron una ofrenda al Niño del Cerrito en el santuario ubicado en el municipio de Nopalucan.
Es la réplica de un “castillo” de 1.5 metros de altura, elaborado minuciosamente por las manos de los artesanos.
“Bendice nuestro trabajo”, le implora en su obra la Asociación de Pirotecnia Bonilla”.
El juego artificial de la pirotecnia fue armado con plástico negro, similar a las bombas musicales y mechas de un artefacto.
Además, el mensaje tiene una presentación con envases vacíos de cohetones, mientras que la estructura está estructurada con palo dulce y carrizo.
A mediados de 2020, quienes se dedicaban a la industria de la pirotecnia, unos 80 jefes de familia, dijeron que fueron afectados porque prohibieron su uso a causa de los sismos de 2017 y después por la pandemia del coronavirus.
Los coheteros creen en los milagros que hace el también llamado “Niño del millón de juguetes” y por eso le llevan sus obras.
Una vez que la enfermedad viral empiece a desaparecer, las actividades en el santuario se normalizan.
El Santo es visitado por unas 500 mil personas cada año, con las limosnas remodelan el templo y adecuan las salas para depositar los regalos que recibe.
- El Niño del Cerrito se le apareció a un tlachiquero el.25 de junio de 1952. Tiene otras celebraciones cada año: 6 de enero, 30 de abril y 24 de diciembre.
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