La fiesta religiosa en honor a la Virgen de Ocotlán, se convirtió en el espacio idóneo, para que el Obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, y miembros de la Diócesis de Tlaxcala, refrendaran su petición por el fin de la pandemia de Covid-19.
Como cada tercer lunes de mayo, la grey católica celebra a la imagen de Ocotlán y organizan su “bajada” del altar, para posteriormente llevarla a un recorrido por las principales calles y avenidas de Tlaxcala, pero este año, por segunda ocasión consecutiva, se canceló el evento, debido a la emergencia sanitaria.
A pesar de ello, sí llevaron a cabo misas, mañanitas y actividades alusivas a la virgen, donde el Obispo de la entidad, acompañado de sus laicos, dijo en su homilía, que el peregrinar fue para pedir su intercesión en el fin de la emergencia sanitaria.
Nuestra presencia en este lugar sagrado, es para suplicar su intercesión, para que la pandemia que padecemos, desde hace más de un año, concluya. Nuestro pueblo guarda en su memoria y en su corazón, la visita que nuestra señora hizo en 1541 cuando libró de una epidemia a su pueblo, cuando mostró a Juan Diego una fuente de agua sanadora, sentenció.
El máximo jerarca de la grey católica en Tlaxcala, agradeció el “consuelo” de la virgen en los momentos más difíciles y desconcertantes de este año, por lo que nuevamente pidió cuidar a las familias, al presbiterio, a la iglesia y al mundo entero.
En la fiesta, donde hubo presencia de fieles e incluso, quema de cohetes, efectuaron la consagración de la diócesis de Tlaxcala a la virgen de Ocotlán, en la que recordaron el dolor y la tristeza que agobia no sólo a la entidad, sino al mundo entero.
Muchos de tus hijos están enfermos y otros nos han dejado por este motivo, tu pueblo implora tu intercesión... como en 1541, cuando una devastadora epidemia asolaba a tu pueblo, te manifestaste a Juan Diego, con salud de los enfermos, nuevamente te pedimos tu intervención,dijo Salcedo Aquino frente a la imagen religiosa.
Por último, admitió que la emergencia sanitaria ha dejado dolor, sufrimiento, desempleo, pobreza, desorientación, temor, violencia y muerte, “que nos han hecho sentir pequeños y frágiles, por lo que nos consagramos a ti, madre amorosa”.
Ponemos bajo tu protección, especialmente a tus hijos más vulnerables, los ancianos, niños, enfermos, mujeres embarazadas, los hermanos los pueblos originarios, migrantes y los que no tienen trabajo
Julio César Salcedo / Obispo de Tlaxcala
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