Nueve años después de iniciar su camino formativo en el Seminario de Nuestra Señora de Ocotlán, los diáconos Arturo Juárez Hernández y Josué Reyes Sánchez recibieron la ordenación sacerdotal en la Diócesis de Tlaxcala.
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En la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, máximo templo religioso ubicado en el corazón de la entidad, el obispo Julio César Salcedo Aquino encabezó ayer 27 de diciembre la imposición de manos y la oración consecratoria a los nuevos pastores de la Iglesia católica, quienes tuvieron el respaldo de testigos de su labor pastoral, al calificarlos como dignos de recibir el sacramento.
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Hoy es un día de celebración y fiesta para la Iglesia y para la Diócesis de Tlaxcala porque acogimos los dones de nuestro padre Dios: el don del sacerdocio para continuar con la obra de Jesús, expresó Salcedo Aquino.
Previo a la imposición de manos que inició a las 11:00 horas con una misa que se prolongó por poco más de 120 minutos, el Obispo solicitó a los nuevos sacerdotes ir por todo el mundo para predicar el evangelio, proclamar por todas partes que Jesús vive en medio de los fieles y que es el camino de la verdad y la vida.
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Acompañado de sacerdotes y ante los familiares de los nuevos presbíteros, el Obispo les solicitó ser sacerdotes de una iglesia con hospital y de campaña, porque dijo que la comunidad requiere ser curada, ser atendida y ser escuchada, para lo cual deben salir a sus comunidades y de esa forma su sacerdocio tenga la característica de apertura generosa.
Ustedes van a poder tener ese espíritu misionero de ir por las ovejas alejadas, aquellos que no se sienten cerca de Jesús, del evangelio, de la Iglesia y de la comunidad, vayan con ellos y no se encierren en ustedes mismos, recomendó.
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También les pidió consagrar su vida al servicio del pueblo de Dios, tener una mirada misionera y ampliar sus brazos a todos los horizontes de la iglesia.
Si no tenemos esa caridad del buen pastor por sus ovejas nuestro ministerio queda frío, seco, aislado y solo; pero si la tiene, entonces se desborda en acciones como Jesús, que va a los pueblos, que atiende a los enfermos, que proclama la Palabra, que se pasa las noches en oración, que enseña a los apóstoles y que va de pueblo en pueblo anunciando la misericordia de Dios, expresó.
Durante la homilía, Salcedo Aquino les deseó un sacerdocio fecundo, en consonancia con el corazón de Jesús, para que sea una configuración fuerte y profunda y principalmente impregnado de la caridad pastoral, siempre bajo la mirada de Nuestra Señora de Ocotlán.
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En esta mañana, con agradecimiento a nuestro padre Dios, queremos unirnos en oración para poder realmente acoger estos dones, recibir este don del sacerdocio de nuestros hermanos Arturo y Josué, señaló el máximo jerarca de la Iglesia católica en Tlaxcala, al destacar que es un día especial para la Iglesia, para las familias de los padres, para las comunidades donde están y para todo el pueblo de Dios.
El Obispo también agradeció la disponibilidad de los nuevos presbíteros y les dijo que están llamados por la fuerza del Espíritu Santo a ser buenos pastores, a conocer a sus ovejas, a integrarse en las comunidades a donde sean enviados, a experimentar los dolores, las tristezas, los huecos, las angustias y las esperanzas del pueblo de Dios.
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SU VIDA YA PERTENECE AL PUEBLO DE DIOS
Ya la vida no les pertenece a ustedes, le pertenece al pueblo de Dios, por eso es importante que como Jesús, de acuerdo al mismo evangelista San Juan, ustedes conozcan profundamente a sus ovejas y también den la vida por las ovejas, no por sus capacidades o cualidades, sino por la fuerza del Espíritu Santo, opinó.
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Detalló que el Espíritu Santo viene sobre ellos para que sean capaces de dar la vida, un don de Dios que les da la apertura para que a partir de su ordenación desgasten la vida y la salud por sus hermanos, dediquen el tiempo a los demás y tengan esa capacidad serena, humilde y sencilla de escucha que tantos hermanos requieren en todas las comunidades. A veces regresarán a casa cansados y a veces se enfermarán, a veces tendrán todo este proceso que implica anunciar el Evangelio de desgaste físico y emocional, pero eso es dar la vida y ustedes están llamados por la fuerza del Espíritu Santo a dar la vida por sus ovejas, finalizó.
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EL RITO DE ORDENACIÓN TIENE TRES ETAPAS
1 Los ritos introductorios, donde son presentados los diáconos, realizan sus promesas sacerdotales y se invoca a los santos para que intercedan por ellos.
2 El rito central de la ordenación, que es la imposición de manos del Obispo sobre sus cabezas pidiendo el don del Espíritu Santo, junto con la oración consagratoria.
3 Ritos explicativos, se les impone la casulla, se les ungen las manos con el Santo Crisma y reciben el Cáliz y la Patena para consagrar el pan y el vino en el cuerpo del Señor, y su vida en unión con Cristo.
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