Desde hace más de 100 años, los canasteros de la comunidad de Santo Tomás la Concordia, comunidad perteneciente al municipio de Nativitas, iniciaron su pedalear por distintos municipios del estado para llevar el pan a la mesa de las familias y, desde ahí, se ganaron el mote gracias a los chiquihuites y canastos en los que transportan su producto, ya sea en bicicleta o motocicleta.
En su mayoría originarios de esa comunidad, han hecho de este un negocio rentable y familiar, además de que gracias a eso se entrelazan otros factores que convergen para que el resultado sea el pan caliente en la mesa de las personas.
Según el último censo de población y vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, la comunidad cuenta con apenas dos mil 798 habitantes, de los cuales más del 50 % se dedica a la elaboración y venta de pan.
Por ello, solo en La Concordia existe un gran número de panaderías y de repartidores, que dan trabajo a otros tahoneros, ayudantes y a los canasteros, lo que crea una microeconomía en la cual todas las partes obtienen una ganancia.
Aunque dependientes uno del otro, los negocios de la elaboración y distribución se realizan por separado, pues en algunos casos son los canasteros quienes acuden hasta las panificadoras a solicitar mercancía para entregarla donde ya tienen pedidos o si piensan en cubrir una nueva ruta.
Al respecto, Gabriel Hernández Portillo, originario de La Concordia y quien se dedica desde hace cinco años a elaborar y vender el pan en su motocicleta, refirió que este trabajo lo aprendió ya que sus padres y abuelos a eso se dedicaban.
Mencionó que fue en el año de 2014 cuando decidió iniciar el negocio por su cuenta y completo pues, en su mayoría, los canasteros no elaboran el pan, sino que acuden a las panificadoras a pedir mercancía, la cual pagan a un precio y después ellos la venden para obtener una ganancia.
Ahora mismo, dijo, él emplea al menos a dos personas para repartir el pan, además de que él también realiza esta labor para obtener un ingreso extra.
Afirmó que este es un negocio 100 % rentable, pues de manera diaria invierte mil 500 pesos y logra recuperarla y obtener entre 500 y 600 pesos de ganancia.
CÓMO TRABAJAN
Los canasteros acondicionan su bicicleta o motocicleta para poder transportar los chiquihuites de mimbre y acuden con los encargados de las panificadoras, con quien acuerdan el porcentaje de venta que obtendrá.
Aunque, en la mayoría de las ocasiones, su ganancia es de 50 a 70 centavos por pieza vendida.
Posteriormente, acuden de manera diaria –por la mañana o tarde- a llevarse determinado número de piezas y comienzan su andar de varios kilómetros para llevar el pan.
EL COSTO DE SU VEHÍCULO
Para el caso de quienes reparten en motocicleta, realizan la compra de ésta, además de que deben comprar los canastos, chiquihuites y las bases para transportarlos, lo que asciende a casi 21 mil pesos, monto que después de un tiempo recuperan y obtienen ganancias.
EL BENEFICIO COLATERAL
Debido a que deben realizar estos aditamentos a la medida de su medio de transporte, los herreros de la zona obtienen un ingreso no solo al elaborarlos, sino al momento de que sufran alguna avería que deba ser reparada, lo que coloca a los canasteros como uno de sus principales clientes.
LOS TAHONEROS
Para quienes solo se dedican a elaborar el pan, ya cuentan con sus canasteros de confianza, quienes acuden por la mercancía y después la reparten.
Tal es el caso de Santiago Ramírez Hernández, quien desde hace más de 30 años elabora pan para que los canasteros lo repartan, pues desde pequeño aprendió en distintos lugares y, a base de esfuerzo, construyó su panificadora, en la cual elabora su producto aun con horno de piedra, lo que le da un sabor especial.
En ese sentido, indicó que hasta su panadería acuden personas de la Ciudad de México, quienes cada determinado tiempo llegan para comprar miles de piezas e, incluso, su pan ha llegado hasta los Estados Unidos de Norteamérica.
Por ello, sus cinco hijos trabajan también con él, pues de esto obtienen el sustento familiar y de este negocio ha logrado sacarlos adelante en sus estudios.
Detalló que de manera diaria elabora más de mil piezas, las cuales vende en cuatro pesos, pues debido a que el horno es tradicional el sabor es mejor y sus clientes lo saben.
MERCADO
Los municipios a los que acuden son Nativitas, Villalta, Texoloc, Zacualpan e Ixtacuixtla, entre otros.
NUMERALIA
En Santo Tomás La Concordia existen alrededor de 20 panaderías y más de 30 canasteros que se de dican exclusivamente a entregar el pan.
EL PAGO
Un canastero gana entre 250 y 600 pesos, dependiendo del número de pan y los lugares donde acuda a venderlo.
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