Una cinta métrica, tijeras, hilo, tela y agujas, son los instrumentos que durante 35 años han acompañado a don Tomás Sosa Rodríguez, en el oficio de costurero.
Oriundo de Hueyotlipan, en la ciudad de Apizaco, ya lo conocen como el “remendón”, hace composturas y hechuras de ropa para mujeres, hombres y niños.
En resumen, la creatividad y diseño de este tlaxcalteca lo han llevado a darse a conocer y subsistir de este antiguo oficio.
Y la mitad de los años que tiene de vida se encarga de remendar la ropa usada, elabora dobladillos, bastillas; también hace vestidos, chalecos, faldas, pantalón y trajes, todo por talla y medida.
Sin embargo, con el paso del tiempo ha tenido que cerrar sus negocios o trasladarlos a sus hogares, pues ya disminuyó la clientela.
Otros que rentaban en la céntrica ciudad rielera, ahora están establecidos a las orillas; ser inquilinos ya no es conveniente para este empleo informal.
En entrevista, don Tomás afirma que en 35 años ha rentado en cuatro lugares distintos. Ahora, instalado sobre la calle Aquiles Serdán de Apizaco, dice que al cerrar las escuelas por la contingencia epidemiológica perdió al 70 % de sus clientes.
Instalado sobre la calle Aquiles Serdán de Apizaco, Tomás Sosa dice que al cerrar las escuelas por la contingencia epidemiológica perdió al 70 % de sus clientes.
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