“Guicho”, de 12 años de edad, se desempeña como jornalero cuando no tiene clases; se forma entre los surcos del huerto para la trilla para poder ganarse unos pesos y contribuir en el sustento de la familia.
Desde las siete de la mañana acompaña a su mamá para trabajar en el campo. Y en un bote de plástico de 20 litros, almacena el ácido fruto que sirve como condimento en la comida tlaxcalteca. “Hoy no hay clases, ya voy en primero de secundaria, pero acompaño a mi mamá en el campo… quiero ser maestro cuando sea grande”, expresó.
Ahí, doña Rosa Hernández, refiere que lleva más de 20 años trabajando como jornalera y percibe 150 pesos diarios de las 07:00 a las 13:00 horas. “Empezamos a cortar desde el nueve de mayo, esto es diario, hasta los domingos y lo que ganamos es para irla pasando para que los hijos estudien, pues en este gobierno no hay oportunidades de empleo… vengo con mis tres hijos para que nos convenga”, afirmó.
La jornalera de unos 50 años mencionó que a mediados de agosto cuando concluye esta actividad, se dedica al comercio en la venta de elotes hervidos y chilatole. “Tenemos que buscarle para subsistir, cada temporada es diferente, pero cuando es el corte de tomate todo el pueblo tiene su dinerito porque hay buenas cosechas, aunque los ‘coyotes’ se llevan la mayor ganancia pues se vende a tres pesos el kilo y ellos lo venden hasta en ocho pesos”, concluyó.
EL DATO
- Durante 90 días, entre siete y 10 personas por cada uno de los 200 huertos son empleadas en el corte de tomate verde en el municipio de Santa Apolonia Teacalco.