La fe entre los tlaxcaltecas se impone una vez más con la salida de peregrinaciones de los 60 municipios de Tlaxcala hacia las faldas del cerro del Tepeyac, en la Ciudad de México, para estar cerca de la imagen de la Virgen de Guadalupe. Pero ahora, además de empleo, mejores condiciones de vida, dinero en abundancia, salud y hasta poder procrear hijos, pedirán algo adicional: el fin de la pandemia por Covid-19.
Ómicron, la nueva variante del coronavirus, no es impedimento para que los fieles visiten a la Virgen, y, al pie de su altar, le agradezcan por todos los favores recibidos durante un año. Aunque la travesía resulta ser todo un riesgo para su vida, los guadalupanos coincidieron en que vale la pena caminar o pedalear días y noches porque “así los mueve la fe” para honrar por unos segundos a la “madre de México” y “emperatriz de América”.
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Para ser un peregrino es necesario algo importante: tener mucha fe en la “morenita” del Tepeyac y nunca perderla, pues en sus seguidores sufren mucho cansancio y, en ocasiones, algunos accidentes y hasta la muerte. Pero la mejor recompensa es venerar a la Virgen desde su altar.
En Tlaxcala no existen cifras de cuántas agrupaciones o personas asisten a la Basílica; lo cierto es que año con año las carreteras federales que conectan la entidad con la Ciudad de México lucen repletas de creyentes.
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Eso sí, los guadalupanos no solo son tlaxcaltecas, sino que también recorren las mismas vialidades los provenientes de Puebla, Veracruz y otros estados circunvecinos, toda vez que así lo establece su recorrido.
FIN DE LA PANDEMIA, PIDEN A LA VIRGEN
Originario de Zacatelco, Víctor Díaz Maldonado, integrante de la peregrinación a pie a la Basílica de Guadalupe, menciona que pedir por la salud es la principal encomienda de muchos guadalupanos año con año.
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Pero ahora, expresa que implorarán por el fin de la pandemia por Covid-19 y sus variantes. “Son los favores de todos los tlaxcaltecas, pues a casi dos años de su aparición en México muchos lo sufrieron no solo con un contagio, sino con decesos”.
Reconoce que acatar las medidas de sanidad es una de las instrucciones entre grupos de peregrinos, al considerar que deben coadyuvar con autoridades, más cuando hace un año no pudieron visitar a la “morenita”.
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VALE LA PENA ARRIESGAR LA VIDA
Las peregrinaciones son consideradas por muchas personas como peligrosas por todos los riesgos que implican, desde sufrir una descompensación o desmayo, hasta un accidente provocado por terceras personas.
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Los medios de comunicación han evidenciado los incidentes de los guadalupanos durante su recorrido al Tepeyac. Varios de ellos, han tenido un final fatal, pues a muchas personas molesta que tomen por asalto las carreteras.
Pese a lo anterior, René Ipatzi Tlachi, con 15 años de antigüedad de la peregrinación de su barrio en Chiautempan, asegura que “vale la pena arriesgar la propia vida” para visitar a la venerada imagen. “Todo depende de la devoción que tengas y pongas en la peregrinación, además de la encomienda… muchas veces no se ven los riesgos porque solo anhelamos nuestra llegada a la Basílica”, explica.
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Reitera que pedir por la salud es el principal objetivo, pero entre otras cosas igual imploran por tener un buen año lleno de momentos con la familia y trascender en el trabajo y vida personal.
DE 800 A TRES MIL PESOS CUESTA PEREGRINAR
De 800 a tres mil pesos cuesta a cada peregrino visitar a la Virgen de Guadalupe, pero para quienes encabezan una comisión esta cifra se puede duplicar.
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Ello cubre la adquisición de un pantalón deportivo, chamarra y playera, empero, también les permite tener un espacio en un autobús, tráiler o torton, dependiendo la comisión. A esto se suman los gastos propios durante su travesía.
Las carreteras federales que conectan a Tlaxcala con la Ciudad de México ya lucen repletas de creyentes del estado y otros de la región
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