Persiste el abandono de mascotas en la Malinche

La materia fecal que generan los perros provoca bacterias, hongos y parásitos al bosque

Tomás Baños | El Sol de Tlaxcala

  · sábado 25 de noviembre de 2023

“El Perro Negro” de unos diez meses entre la nieve. | Tomás Baños

Aunque la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y la Secretaría de Medio Ambiente (SMA) prohibieron el ingreso de mascotas al bosque, el Parque Nacional Malinche (PNM) se ha convertido en refugio de perros domésticos abandonados.

La gente se las ingenia para dejarlos libres entre la maleza, pero también los han dejado amarrados a los troncos de árboles, hasta que policías de montaña de la Secretaría de Seguridad Ciudadana los liberan.

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“Algunos recién nacidos mueren a causa del frío y por la falta de alimento. Otros, cuando bajan al albergue, son procurados por los visitantes”, denunció Pedro Aquino, encargado del Despacho de la SMA.

“De ese tema estamos organizando una estrategia amplia con otras instancias, porque es complejo”, afirmó.

“La Rubia” asciende hasta la cima de la montaña la Malinche. | Tomás Baños

Dijo que hay canes que ya conviven con la fauna del bosque y para alimentarse cazan ardillas, conejos y aves. “Son chuchos que han llegado de pueblos cercanos o que los visitantes los abandonan”, subrayó.

En este sentido, biólogos de la Conanp confirmaron que la población canina es transmisora de enfermedades a la fauna silvestre. Dijeron que han iniciado una investigación para medir el impacto ambiental de su presencia entre las coníferas.

Más detalles: ➡️ Desastre ecológico en las "faldas azules" ; imparable el gusano descortezador

En el recorrido que El Sol de Tlaxcala hizo desde la línea perimetral del PNM hasta una altitud de cuatro mil metros en la zona de nieve, hay decenas de perros, entre hembras, machos y cachorros.

Los animales domésticos aprovechan para resguardarse refugios de madera que construye la SMA con ramas y troncos plagados por el gusano descortezador. Como “La Rubia” y “El Perro Negro”. Estos animales se han adaptado al ambiente y son amigables, fungen como guías de los escaladores a cambio de unas galletas.

De acuerdo con la Conanp, la materia fecal que generan los perros provoca bacterias, hongos y parásitos al bosque, mientras que la caza de mamíferos y el marcaje del territorio modifican el hábitat.