Julio César Salcedo Aquino, obispo de Tlaxcala, solicitó la salud de los enfermos y el fin de la pandemia de Covid-19 a los Niños Mártires Cristóbal, Antonio y Juan, durante la Fiesta Diocesana de los santos locales celebrada este jueves en el templo de Atlihuetzia, en Yauhquemehcan.
Ante un aforo reducido y siguiendo las medidas preventivas, imploró a los protomártires de América, patronos de la Diócesis, que intercedan ante Dios para lograr la salud de los enfermos de los cinco continentes, pues la adversidad sanitaria requerirá de los discípulos misioneros de Jesús para que asuman los valores evangélicos que difundieron Cristóbal, Antonio y Juan, como la manifestación de su fe, esperanza, caridad y valentía para convertirse en una esperanza abierta al servicio.
Agregó que la generosidad que los caracterizó para compartir dones, capacidades, presencia e iniciativas sin esperar reconocimiento y recompensas, así como la audacia para transformar la adversidad en una oportunidad de solidaridad cristiana, debe servir como ejemplo para responder con cercanía, humanidad, comprensión, servicio y presencia los retos que implica la actual pandemia de Covid-19.
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En su homilía, dio gracias porque los santos Mártires son la expresión visible de la bondad de Dios en el corazón del pueblo tlaxcalteca, de ahí que la Diócesis celebra, honra y los presenta como modelos del Evangelio vivo.
Recordó que los Niños Mártires murieron trágicamente por difundir y defender su fe, pues Cristóbal entregó su vida en 1527 en las tierras de Atlihuetzia, mientras que Antonio y Juan fallecieron en 1529 en Cuautinchán, Puebla.
Por lo tanto, precisó que cuando los discípulos enfrentan persecución por “causa” de Jesús, deben dar testimonio con la familia, el mundo de la política, ante los no creyentes y el mundo para mantener la paz en medio de conflictos.
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Finalmente, dijo que aclamar a los Santos Mártires es celebrar la vocación a la santidad, hacia la felicidad y alegría, pues Cristóbal, Antonio y Juan no son pasajeros en la Diócesis.
- Los Niños Mártires Cristóbal, Antonio y Juan fueron proclamados santos en 2017 por el Papa Francisco en la plaza de San Pedro en Roma, Italia.
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