Uno de los elementos típicos de las celebraciones mexicanas son las piñatas. Sería difícil imaginar las posadas sin estas coloridas decoraciones originalmente hechas de barro y rellenas de frutas de temporada como tejocote, jícama, caña de azúcar, naranja y dulces.
La tradición fue arraigada en México durante la conquista. Los frailes agustinos de Acolman Nezahualcóyotl, actualmente Estado de México, celebraron las primeras “misas de aguinaldo”, que más tarde se convertirían en “posadas”.
La piñata tradicional está hecha con una olla de barro y en forma de estrella. El forraje de papeles multicolores representa la tentación y los picos, los siete pecados capitales. Los ojos vendados y el palo, la fe; y el relleno, las bienaventuranzas de Dios.
Actualmente, la compra de piñatas de cartón ha desplazado de manera considerable a las de barro, asegura Polo Díaz, piñatero de oficio.
El oriundo del municipio de Ixtacuixtla precisó que ahora los compradores prefieren las que están hechas de papel periódico y engrudo debido a su practicidad. Respecto a las que están hechas de ollas de barro, opina que la principal razón por la que ha disminuido su adquisición es el riesgo de accidentes por cortaduras o alguna otra herida.
Detalló que hace 10 años, durante la temporada navideña, elaboraban de mil a mil 500 piñatas de barro; ahora son las realizan bajo pedido. Dijo, que, durante este mes, solo han vendido dos, mientras que las de cartón han superado las ventas con más de dos mil, las cuales fueron distribuidas en varias partes de la región tlaxcalteca, principalmente en el estado de Puebla.
Te puede interesar: