El comienzo de los trabajos de restauración de la Basílica de Nuestra Señora de Ocotlán será un asunto que decidirá personal del gobierno federal del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que hoy inicia.
Y es que ese tema sería resuelto ayer, en una reunión a la que el exdelegado en Tlaxcala del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Emilio Velázquez Gallegos, no acudió.
Con el argumento de que no había una cita agendada, el hasta ayer funcionario federal “planto” al párroco e integrantes de la Sociedad de Caballeros y de la Sociedad de Andas de la Virgen de Ocotlán, y dejó así pendiente el tema de la rehabilitación y restauración de la Basílica de Nuestra Señora de Ocotlán.
Pero los citó el próximo miércoles para darles un informe de la situación que al momento guardan esos trabajos, sin embargo, ese día Velázquez Gallegos ya no estará en el cargo, pues a partir de hoy empieza la administración federal de Andrés Manuel López Obrador.
Desde hace varios meses, la intención de esa comisión es que la delegación del INAH apresure los trabajos para resarcir los daños que el sismo del 19 de septiembre de 2017 pues desde hace un año quedaron detenidos y no hay avance.
Empero, desde diciembre del año pasado el exdelegado “les dio largas” y aunque en la última ocasión les prometió dar una fecha específica a finales de noviembre, eso no sucedió.
El próximo miércoles esa comitiva regresará a las instalaciones de la delegación del INAH para escuchar a Velázquez Gallegos, aunque desconocen en calidad de qué los atenderá.
- LA BASÍLICA OLVIDADA
El Sol de Tlaxcala informó, en días pasados, que prácticamente desde octubre de 2017 –cuando iniciaron- los trabajos de remozamiento de la Basílica de Ocotlán quedaron detenidos.
Integrantes de la Sociedad de Caballeros y de la Sociedad de Andas de la Virgen de Ocotlán mencionaron que las estructuras para apuntalar las dos torres, el campanario y las torrecillas de la parte superior más que causar un beneficio a la iglesia de Ocotlán agrava los desperfectos y han propiciado otros.
Eso además de que las estructuras colocadas sobre en el techo y la nave del templo para la restauración impiden que se lleven a cabo trabajos de mantenimiento, y eso a su vez ha ocasionado filtraciones de agua y humedad que perjudican los acabados interiores, lo que más que un beneficio genera un daño.
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