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La violencia obstétrica es un delito que está tipificado y se puede denunciar, pero las mujeres aún permiten este tipo de violencia por desconocimiento y falta de información, aseguró Ana Karen Pérez Cuecuecha, académica de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx).
En el auditorio de la Facultad de Trabajo Social, Sociología, Psicología y Psicoterapia, la docente explicó que la violencia obstétrica es cualquier práctica verbal, psicológica y sexual que practique algún profesional de la salud, principalmente gineco-obstetras, contra la mujer embarazada.
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Comentó que este tipo de agresión puede presentarse en tres momentos: durante los nueve meses del embarazo, el parto y en el puerperio (etapa después del nacimiento del bebé, también conocido como cuarentena).
La académica de la UATx comentó que la violencia obstétrica ocurre porque el personal médico no está capacitado, sensibilizado o no quieren trabajar, así que ejercen agresiones contra las pacientes, ya sean físicas o verbales.
Indicó que su trabajo de investigación surgió porque fue víctima de malos tratos en el sistema de salud, cuando se dio de alta en la seguridad social en 2018 una trabajadora le cuestionó por no planear a su bebé y por eso deben atender a tantas mujeres, les cuestionan por sus parejas y por sus decisiones de ser madres.
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La ponente aseveró que este tipo de violencia está presente en prácticas invasivas, suministro injustificado de medicamentos, falta de empatía durante el embarazo, trato deshumanizado, discriminación y humillaciones.
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En la charla detalló que algunas frases de los doctores que implican violencia son “lo hubieras pensado antes de abrir las piernas”, “deje de quejarse/ gritar”, “tenga al bebé sola sino le gusta la atención”, “si gritas o te mueves no te pongo anestesia” o “cállate y puja”.
Agregó que otras acciones que denotan la problemática son: heridas de cesárea mal hechas que son una violación a los derechos humanos, heridas en forma vertical que efectúan por ser un proceso rápido y no pierden tiempo, el tacto vaginal para verificar la dilatación, lo cual lástima a muchas mujeres y hasta puede generar incontinencia urinaria.
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Lamentó que las mujeres aún son cosificadas, vistas como un objeto y para gestar; muchas suegras deciden por ellas para tener más hijos o ser operadas, sufren discriminación por el color de piel o provenir de comunidades rurales.
La situación de violencia en los quirófanos y atención da lugar a la medicina hegemónica y la hiper medicalización, que significa que las mujeres no tienen el conocimiento pleno de este problema y permiten que sean transgredidas, otorgan el poder al personal médico porque confían en ellos por tener estudios y conocimiento, pero no tienen empatía y trato humano y brindan medicación excesiva sin explicación a las pacientes.
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Externó que el tacto vaginal ya no debe efectuarse, pero muchas mujeres no lo saben y lo permiten, por eso es necesario visibilizar la violencia obstétrica y decir que es un problema del que se habla poco, pero está presente desde hace mucho tiempo
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SEGUNDO LUGAR
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La académica Ana Karen Pérez reveló que Tlaxcala ocupa el segundo lugar en México con violencia obstétrica por el elevado número de casos de maltrato en los servicios de salud a los que accede una mujer durante el embarazo, parto y puerperio, según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares.
Detalló que la prevalencia es alta en la entidad, pues de alrededor de 84 mil 600 mujeres de 15 a 49 años que tuvieron un parto o cesárea en los últimos cinco años, hasta el 38.5 % denunció algún tipo de agresión, lo que denota un sistema egocéntrico, patriarcal y que violenta porque ha costado cambiar las prácticas de los médicos.
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Pérez Cuecuecha aseveró que para disminuir y erradicar este tipo de violencia y todas las de género, las mujeres deben conocer sus 14 derechos sexuales y reproductivos, entre ellos, el derecho a una atención digna, acceso a la salud pública y privada, trato humanizado.
La cuarentena no es depresión posparto, ocurre por una mala atención que recibieron las pacientes, fueron humilladas, tienen una cicatriz poco estética o terminaron con incontinencia, casos que continúan por el desconocimiento, dijo.
Aseguró que en Tlaxcala y el país son diversas leyes las que sancionan y tipifican las agresiones obstétricas, de manera local está la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la Ley de Igualdad entre Mujeres y Hombres para el Estado de Tlaxcala y la Ley de Salud del Estado de Tlaxcala.
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Finalmente, indicó que requieren que las personas que ejecutan las leyes realmente conozcan el marco normativo y están humanizados para que dejen de ver a las mujeres como un objeto, cambiar las formas y patrones sociales y trabajar en el proceso de deconstrucción para romper prejuicios.
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