“Después de todo este tiempo, por fin veo una esperanza ante la pandemia”, dijo la enfermera María Inés Castillo Cruz quien, desde hace 10 meses, atiende a pacientes contagiados por Covid-19 en el Hospital General 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ubicado en la Loma Xicoténcatl, y que este miércoles, recibió la primera dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech.
Entre lágrimas de felicidad, se dijo dichosa de haber recibido el biológico contra el nuevo coronavirus, lo que la compromete –comentó- todavía más a continuar su trabajo en favor de aquellos que por una u otra razón llegan hasta su área de trabajo y, aunque son muchos, a cada uno lo ve como una persona con familia, más no como un número.
“En ningún momento he pensado en abandonar mi trabajo, y aunque es muy duro y arriesgado, seguiré en esta loable labor de ayudar a las personas, de estar con ellas hasta que se recuperen o partan de este mundo”, externó en entrevista con este Diario.
Eso sí, aceptó que al inicio de la pandemia consideró no llegar a su casa, pues “pensaba que llevaba algo malo” al vivir con sus padres (adultos mayores), ya que sabía que los ponía en riesgo de contagio y de fallecer, por lo que pensó en aislarse para evitar algún contratiempo.
Sin embargo, recordó que en ese momento sus padres le dijeron que juntos saldrían adelante “y hoy con esa alegría regreso con ellos”, pero manteniendo los cuidados pertinentes para no exponerlos.
La originaria de Amaxac contó que al principio sintió miedo de ser enfermera por la responsabilidad tan grande que tendría, aunque ahora tiene mucha esperanza de ayudar a la gente.
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