Un estudio científico, en el que se observó a más de mil gatos (con acceso a un jardín), demostró que el 71 por ciento de los animales comieron pasto al menos seis veces durante el periodo de observación (tres horas aproximadamente) y el 61 por ciento más de diez veces.
Mientras que el 39 por ciento de los gatos jóvenes comía plantas todos los días, solo el 27 por ciento de los mayores lo hacía, según cifras de los investigadores de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de California en Davis, Estados Unidos.
La investigación difundida por BBC, descarta la idea de que el pasto ayuda a los felinos a expulsar bolas pelo, como una especie de purga.
Al respecto, los investigadores concluyeron que el vómito es simplemente una consecuencia ocasional de comer hierba y no el objetivo.
Comer plantas es instintivo y hacerlo supone un beneficio evolutivo para los animales, afirmaron los expertos durante una ponencia en el Congreso de la Sociedad Internacional de Etología Aplicada celebrado en Bergen (Noruega).
En cuanto a los perros, la investigación hecha también por el autor principal Benjamin L. Hart, se descubrió que rara vez presentaban enfermedades antes de comer hierba y que el vómito era una consecuencia relativamente rara de comerla.
Además, la frecuencia de ingerirla no estaba relacionada con la dieta del perro o con la cantidad de fibra que engullía, lo que sugiere que no estaba tratando de compensar alguna deficiencia dietética.
Los animales más jóvenes comen más hierba porque su sistema inmunológico no es tan bueno para mantener a raya a los parásitos, y porque el estrés nutricional es más perjudicial para los animales en crecimiento que para los perros y gatos adultos, concluye Hart en su hipótesis.
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