Han transcurrido más de 10 años desde que la compañía Ferrosur S. A. de C. V., colocó una serie de vallas de concreto a un costado de las vías del tren, y los accidentes que sufren los migrantes a causa de esos postes -aunque en menor medida- siguen vigentes.
En junio de 2012 la empresa, concesionada por el gobierno federal para otorgar el servicio de transporte de carga en la región sureste de México, clavó a lo largo de varios metros, a un costado de las vías del tren, postes de concreto de aproximadamente un metro de altura, con una distancia entre cada uno de ellos de medio metro.
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El tramo ferroviario que atraviesa por la colonia Ferrocarrilera, en Apizaco, fue una de las zonas elegidas por Ferrosur para instalar esa cerca a lo largo de un kilómetro, y ocurrió a tan solo dos años de que el albergue La Sagrada Familia abriera sus puertas (9 de octubre de 2010), en ese mismo sitio, para brindar asistencia humanitaria a migrantes.
Pese a las muchas peticiones que hicieron asociaciones civiles y hasta la Iglesia católica para que esos postes fueran retirados, sobre todo porque a causa de ello de junio a diciembre de 2012 fueron contabilizados por lo menos siete migrantes que habían sufrido accidentes y mutilaciones, la empresa hizo caso omiso.
Ni siquiera tuvo un impacto la campaña “Sin pasaporte ni fronteras”, impulsada en 2013 por el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría S. J. de la Universidad Iberoamericana Puebla, en conjunto con otras organizaciones, por medio de la que solicitaron a Ferrosur y al gobierno de Tlaxcala el retiro de los postes colocados frente al albergue.
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Esas barreras, llamadas “fantasmas” por algunas personas, nunca fueron retiradas; desde hace más de una década permanecen en el sitio y se han convertido en obstáculos que las personas en situación migratoria, a su paso por Apizaco, deben sortear al momento de subirse a “La Bestia”.
Y es que esas barreras impiden a los migrantes abordar o descender de los vagones en movimiento y desde entonces son otro obstáculo que esa población debe enfrentar al transitar por Tlaxcala en busca del llamado “sueño americano”.
Treparse al tren en movimiento no es fácil, requiere de pericia y de habilidad para de sujetarse bien, pero con la colocación de esos postes de cemento también es necesaria la suerte para no impactarse en ellos.
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CERCO PARA COMBATIR ROBOS
Aunque con esos postes la empresa no incurrió en actos ilegales, activistas e integrantes de la sociedad civil recriminaron que de esa forma sí dificultó -y todavía lo hace- la labor humanitaria de asistencia a migrantes en su paso por la entidad.
Tras la polémica generada y los reclamos de rechazo y peticiones que recibió Ferrosur para retirarlos, la empresa informó que la finalidad del cerco de postes fue proteger la seguridad de los vagones de los trenes ante ataques de la delincuencia, eso según el oficio número: 6.28-1367, emitido de 19 de agosto de 2013 dirigido a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
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Sin embargo, a través del documento “Diagnóstico del Fenómeno Migratorio en Tlaxcala”, en 2014 la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) señaló que en ese Informe de Ferrosur fue posible constatar “la unilateralidad de la decisión de la empresa y la ausencia de acciones preventivas o de gestiones realizadas ante las autoridades competentes para proveerle de seguridad a la carga y a sus trenes, a través de medidas de vigilancia o investigaciones oportunas”.
En tanto, organizaciones de la sociedad civil como Un Mundo Una Nación A. C., la Red DH Migrantes y la Universidad Iberoamericana de Puebla, rechazaron esa versión, principalmente porque señalaron que se habían convertido en la principal causa de los accidentes que sufrían los migrantes a su paso por Apizaco.
En ese momento a Ferrosur también le fue recriminado un aparente discurso en el que asociaba a la delincuencia con las personas migrantes, pues en la respuesta pública dada a la SCT no los culpa directamente, pero arguye que la colocación de las barreras físicas es para neutralizar los supuestos atracos.
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CEDH CERRÓ EXPEDIENTE
Al considerar que con la colocación de esos postes Ferrosur puso -y actualmente lo hace- en riesgo la integridad, salud y vida de las personas migrantes, así como de quienes puedan aprestarse a brindarles algún tipo de ayuda humanitaria, la sociedad civil y la CEDH buscaron la forma de que fueran retirados ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Solicitaron al organismo autónomo exhortar a la SCT, para que iniciará las acciones correspondientes para que Ferrosur retirara esos postes. El tema, al ser de índole federal, llegó a manos de la CNDH.
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La última información obtenida, según el diagnóstico de la CEDH, es que el expediente (CNDH/5/2012/8299/Q) radicado en la Quinta Visitaduría General del organismo fue cerrado.
LA SITUACIÓN ES LAMENTABLE: ELÍAS DÁVILA ESPINOZA
El sacerdote Elías Dávila Espinoza, responsable del albergue La Sagrada familia, situado en Apizaco, calificó como lamentable la decisión de Ferrosur de colocar postes de concreto a un costado de las vías, y que después de más de una década sigan ahí.
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En entrevista con El Sol de Tlaxcala, recordó que desde que eso sucedió, en 2012, junto con la sociedad civil la casa del migrante emprendió acciones para eliminar ese cerco, pero sin resultados positivos.
Y aunque reconoció que es un tema que no aborda con las autoridades desde hace algún tiempo, sostuvo que han tenido diversos acercamientos y encuentros con la empresa para solicitar el retiro por lo menos de los postes que están frente al albergue.
Porque se trata de personas, que si bien son migrantes, solo vienen a trabajar, pero no ha sido posible lograr que los retiren, lamentó.
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Lo que si resaltó es que ese sistema de seguridad quedó a la mitad, pues explicó que todos los postes de concreto colocados cuentan con tubos y perforaciones para que sean colocadas cadenas, lo que definidamente impediría el paso de los migrantes.
Lamentamos esa situación porque, como está cerquita de las vías, el migrante pone en riesgo su integridad y su vida, finalizó.
- El tramo ferroviario que atraviesa por la colonia Ferrocarrilera, en Apizaco, fue una de las zonas elegidas por Ferrosur para instalar esa cerca a lo largo de un kilómetro.
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- La instalación de los postes ocurrió a tan solo dos años de que el albergue La Sagrada Familiar abriera sus puertas (9 de octubre de 2010), en ese mismo sitio, para brindar asistencia humanitaria a migrantes.
*Con información de Tomás Baños