Los grandes avances que ha tenido la medicina durante 40 años contrastan severamente con los prejuicios, el estigma y rechazo que los pacientes con el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) aún tienen que sortear día con día, de acuerdo con Jorge Bordello, a quien le fue detectado este virus hace cinco años.
Jorge no necesita más que una pastilla al día de antirretroviral para llevar una vida muy cercana a la normalidad, un gran avance si consideramos que al inicio de la pandemia del VIH, en los años ochenta, la esperanza de vida de las personas con este padecimiento era de tan solo dos años, ya que morían a causa del mortal debilitamiento de su sistema inmunitario que les producía desde un raro tipo de cáncer de piel hasta todo tipo de infecciones oportunistas; sin embargo la discriminación sigue siendo una constante.
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Como artista visual, Bordello ha decidido hablar de su estatus clínico de manera pública, es por ello que para esta entrevista autorizó no ocultar su identidad.
“Yo creo que la deuda que tiene la sociedad es dejar de fregar a la gente que vive con VIH, de hacerle la vida imposible. Ojalá pudiéramos vivir las personas como el discurso médico dice: ’tómate tu pastilla y eres una persona normal’, eso es lo que escuchamos en la clínica, pero en la calle seguimos hablando de contagio, de peligro, de culpa. Socialmente no se puede cantar ninguna victoria y ningún mérito, y científicamente es difícil acreditar esos avances cuando no tienen ninguna traducción a la cotidianidad de las personas”, compartió Jorge en una charla con este medio.
De hecho, la problemática económica, social y política en torno a vivir con VIH ha sido uno de los temas centrales de su producción artística, incluso antes de conocer su estatus clínico.
“Me enteré en un examen de prueba rápida en uno de los puestos que promueven en los catálogos de salud y ahí me atoré; sin embargo, antes de esa detección oficial, el VIH ya había accedido a mí a través de la cultura y del consumo de la imagen”.
ERRÓNEA PERCEPCIÓN ORIGINA DISCRIMINACIÓN A PACIENTES
Para el creador de contenido visual resulta evidente que gran parte del problema que origina la discriminación hacia las personas VIH positivas es la manera en que los medios representan a este sector de la población, que errónamente se asocia únicamente con la comunidad homosexual, a los usuarios de drogas intravenosas y personas que ejercen el trabajo sexual; sectores que son en sí discriminados, cuando este padecimiento puede afectar a una persona de cualquier orientación sexual y nivel socioeconómico, destaca Bordello.
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“No importa si alguien nació en los ochentas, noventas o dosmiles, cuando piense en VIH va a pensar en esa misma primera imagen que no hemos podido rebasar, porque las personas homosexuales, las personas usuarias de drogas intravenosas, y las personas trabajadoras sexuales son los tres rubros a los que se dedicó la imagen del VIH en los ochentas, entonces de lo que habla es de que no hemos podido humanizar a estos sectores de la población”.
Entre los años 2012 y 2018, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) analizó 301 casos de discriminación en México hacia personas que viven con VIH, y encontró que en uno de cada seis casos los actos de discriminación se vincularon con la orientación sexual; en el 41% de los casos fueron por discriminación en el trabajo y el 31% en el ámbito de la salud.
Además esta encuesta reveló datos como que el 36% de la población en nuestro país cree que convivir con personas con VIH o Sida es un riesgo; una misma proporción de personas no estaría dispuesta a rentar una habitación de su hogar a alguien que viva con VIH o Sida. Asimismo, un estudio de Salud Pública de México reveló que para casi un cuarto de los proveedores de salud, la homosexualidad es la causa del VIH.
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Jorge señala que, a pesar de vivir con el virus desde el privilegio -como él mismo considera- pues lo hace desde una manera pública y de acceso a un tratamiento, el prejuicio y el estigma representan los estragos más profundos, incluso más que su estatus médico.
“Antes, después y durante yo creo que hay ideas preconcebidas alrededor del VIH de las que uno no puede escapar cuando te están gritando sidoso en la calle, y es que, además de cargar con la culpa, tenemos que cargar con la ignorancia de las personas y no solo aguantar y soportar sus prejuicios, sino también amablemente acceder a educarlas”.
FALTA TRATO DIGNO EN CLÍNICAS DE ATENCIÓN ESPECIALIZADA
La discriminación y el señalamiento se da incluso en los contextos que deberían proveer seguridad y empatía, asegura Bordello, pues comenta que en las propias clínicas de atención especializada en VIH-Sida existe una falta de trato digno hacia los pacientes.
“Me gustaría ahondar en la falta de empatía que hay en los servicios de salud públicos en todos los niveles, desde el guardia que te recibe, hasta la trabajadora social, la directora, la enfermera que te pica el brazo con cero empatía; porque debe existir empatía desde abrir la puerta, hasta picar la vena de alguien. Yo creo que una de las deudas más grandes del país y de la sociedad para con las personas que viven con VIH es el primer contacto que tenemos con el virus. Hace muchísima falta esa humanidad, ese tacto, ese tono, ese verbo en las personas que hablan por el virus”, enfatizó.
Precisamente esta problemática se ha visto reflejada en el trabajo artístico del tlaxcalteca, quien se ha enfocado en la producción de piezas audiovisuales en los que, a través de la imagen y la narrativa, plantea una visión crítica.
“Como persona viviendo con VIH me interesa complejizar la discusión, porque cuando escucho a personas hablar del tema es como si dijeran México: chile, taco, Cancún, narco; entonces digo voy a hablar de la especificidad de mi caso, pero en un sentido muy amplio. Desde mi rol como artista, ahondo y abono a la producción de imágenes del VIH desde la primera persona”.
Su trabajo en video ha sido parte de festivales como ULTRAcinema MX, FICUNAM, DOCSMX, y museos como el New Museum, Whitney Museum, MACBA Barcelona y el Museo Tamayo.
Uno de los objetivos de Jorge Bordello es la creación de imágenes que representen a las personas que viven con VIH desde una perspectiva mucho más cercana a la realidad.
“Cuando me pregunté cómo podía yo aproximarme a la falta de imágenes fue cuando decidí producirlas. Trato de complejizar la discusión alrededor del VIH, el activismo, la farmacéutica, la salud nacional, pues se enfocan en temas muy especificos como sexo seguro, usa condón, tómate tus pastillas y sé indetectable. Todas esas cosas creo que son consensos a los que se llega con muchísima facilidad, entonces yo trato de complejizarlos, de esta relación con el dinero y con el capital”.
Para Bordello una batalla ganada contra el VIH sería que las personas lo percibieran como un virus sin sexualidad, sin carga moral, ni raza, ni política; es decir, como si se tratase de una gripa o de cualquier otra enfermedad crónica como la diabetes.
“Evidentemente nosotros vivimos con las complicaciones médicas, las complicaciones políticas y sociales, pero lo que yo vería como un éxito es que se asumiera como lo que es: un organismo sin agenda, un microorganismo sin ninguna misión que la de su propia supervivencia”.