Frente a la iglesia de la Soledad, en Chiautempan, tuvo lugar la Primera Caída del Viacrucis de Jesús de Nazaret, en este lugar Monseñor Jorge Cuapio Bautista, Obispo de Iztapalapa, predicó que este momento es una oportunidad para que las personas puedan redimirse.
La Primera Caída ocurrió pocos minutos después de las 9:00 horas, la procesión fue encabezada por las imágenes de Padre Jesús del Convento y de la Virgen María, acompañados por alabarderos, sacerdotes y fieles católicos.
Al arribar al punto programado, Monseñor Jorge Cuapio indicó que fue invitado para dar el mensaje de la Primera Caída de Viacrucis que implica celebrar el misterio de Dios hecho hombre y que manifiesta al Dios verdadero, de amor, compasión, misericordia y el Dios que se ha acercado a las personas para levantarlas de sus caídas.
El Obispo de Iztapalapa aseveró que Dios se manifiesta débil y amoroso, lo que contrasta con la dureza y malicia en el corazón del hombre.
Explicó que celebrar este ejercicio de contemplar la caída del señor, su debilidad y entrega, es un momento de examen de consciencia, analizar de que lado estamos y buscar el camino de redención y conversión.
Dijo que siempre que exista un poderoso habrá un oprimido, ante un violento habrá un débil y lastimado, ante un injusto un inocente, esas situaciones suponen a Jesucristo, quien fue humillado, indefenso e injustamente condenado, pero Jesús quiso cargar con la dureza del corazón del hombre.
Indicó que el camino de dolor de Jesucristo llegó a un punto que manifiesta una debilidad extrema, lo que significa un agotamiento del hombre y por eso cae, pero también manifiesta la grandeza de la debilidad de quien es indefenso, se entrega y el que más ama, se solidarizó con los pobres, oprimidos, débiles, justos, los que sufren ofensas y cargan con la dureza de la vida.
Lamentó que algunos quedaron sujetos a la maldad y se hacen violentos, pero otros son sometidos al amor y se hacen débiles para hacer el bien.
Finalmente, mencionó que las personas han pecado y les pesa, de ahí que piden misericordia de Dios, todos pueden levantarse y tener una vida nueva y distinta.