La deuda con las mujeres en el reconocimiento de sus derechos humanos sigue pendiente, lo cual es reflejado en las violencias, desapariciones, abusos y discriminación que sufren, hecho que muestra que no existe un avance en la materia, aseguró Clara Jusidman Rapoport, economista, activista y especialista en derechos humanos y laborales.
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Este martes, en el Teatro Universitario de la Autónoma de Tlaxcala, la reconocida ponente impartió la conferencia “Los esfuerzos de la construcción de paz en México”, actividad organizada por la Defensoría de los Derechos Universitarios de la casa de estudios, la Fundación Desiderio Hernández Xochitiotzin y el Seminario de Cultura Mexicana.
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En la charla, reveló que en 2000 hubo una preocupación y florecimiento sobre los derechos humanos en el país, pero antes de ese año el gobierno mexicano no cumplió en materia para garantizar la integridad de las personas.
Actualmente, dijo que no existen mecanismos concretos para que las organizaciones e instituciones de derechos humanos puedan obligar a que tengan consecuencias las personas que vulneran las garantías individuales y son precarias las sanciones que pudieran tener por violentar la vida, dignidad y libertad de la persona.
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La ponente detalló que lleva 18 años trabajando en materia de derechos humanos y no se ha logrado que el sistema en las garantías individuales evite los crímenes que atentan contra la humanidad.
Lamentó que a lo largo de la historia han existido personas que ejercen poder sobre otros, los excluyen, maltratan y no brindan oportunidades para desarrollarse como humanos dignos, así que la desigualdad en el trato se ha manifestado históricamente contra grupos específicos, como las mujeres, personas religiosas y con distinto color de piel, entre otros.
Por lo tanto, indicó que el Estado debe respetar, proteger, garantizar y proveer para lograr que no sea vulnerada la integridad de las personas, pero no está obligado a brindar comida o vivienda a la ciudadanía, pues sería algo imposible.
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A la conferencia asistió Roberto Carlos Cruz Becerril, secretario Técnico en la Autónoma de Tlaxcala, quien externó que la cultura de paz debe ser una forma de vida, conjunto de valores, conductas y comportamientos basados en la vida y dignidad humana para lograr la armonía en la comunidad.
Por lo tanto, en la Universidad cuentan con mecanismos para que sea segura para todos, esto mediante el cumplimiento de funciones universitarias, sustantivas y adjetivas, de ahí que uno de los criterios es orientar a la educación superior hacia la cultura de paz y la resolución pacífica de los conflictos.
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En su mensaje, José Roberto Armando Juárez, Ombudsperson de la UATx, indicó que los desafíos continúan en materia de derechos humanos, incluso se han recrudecido, entonces es importante que las universidades formen ciudadanos que desarrollen la metodología de la cultura de paz y cuenten con estrategias que hagan frente a los conflictos.