Una mezcla entre alegría, nostalgia, música y rezos se vive en el panteón municipal de Apizaco este jueves 2 de noviembre, Día de Muertos.
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A temprana hora de hoy, decenas de familias integradas por personas de todas las edades se dieron cita en el camposanto para limpiar las tumbas de sus seres queridos, llenarlas de flores, velas, colocar sobre ellas la comida que más disfrutaban en vida y hasta alguno que otro juguete cuando se trata de restos mortales de un niño.
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Ayudados con botes y palas, las personas arreglan los sepulcros, y aprovechan la fecha para reunirse y convivir con sus familiares.
Fieles a las tradiciones mexicanas, los tlaxcaltecas celebran esta jornada para rendir un merecido homenaje a sus fieles difuntos, y en las tumbas del cementerio municipal de Apizaco no faltó la música de mariachi, la marimba y una que otra nota nostálgica de una flauta.
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Aunque para los mexicanos celebrar la muerte es una colorida fiesta, muchas personas no pudieron evitar derramar una lágrima al recordar a sus seres amados, al visitarlos este día en su última morada.
En las inmediaciones del panteón municipal el escenario es diferente, comerciantes instalan sus puestos para ofrecer a los visitantes todo lo necesario para embellecer las tumbas de sus familiares, desde botes y cubetas, hasta flores de todo tipo. Desde luego también hay quienes ofertan bebidas, comidas y hasta helados que les permitan refrescarse después de la labor de quitar maleza.