La vida religiosa y cultural de Tlaxcala no puede comprenderse sin la presencia de los frailes franciscanos, que este año cumplen 500 años de pisar tierras tlaxcaltecas, por lo que este domingo lo conmemoran con una celebración en la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, la construcción franciscana más antigua de América que se mantiene viva.
Asentados en la tierra del pan de maíz, iniciaron la evangelización que, más tarde, fue llevada a diversas partes de nuestro continente, fenómeno migratorio que dio por llamársele Diáspora Tlaxcalteca.
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Diversos Rincones Sagrados de Tlaxcala son testimonios de su temprana presencia y pueden observarse por todo el territorio tlaxcalteca, por lo que este día El Sol de Tlaxcala se suma a la conmemoración de un hecho que dio forma al moderno país que habitamos.
FRANCISCANOS PERMEAN LA IDENTIDAD CULTURAL
La influencia de la Orden Franciscana se refleja no sólo en el catolicismo que profesa el 77.7 % de los mexicanos -de acuerdo con el censo del año 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía- también se manifiesta en las costumbres y tradiciones que se han perpetuado en la población mexicana, a pesar de que ha transcurrido medio milenio desde la llegada de los frailes a estas tierras, provenientes de España.
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“Los frailes evangelizaron, educaron en colegios, se recrearon con la belleza de nuestras tierras y enseñaron a los indios los elementos del arte europeo de su tiempo: arquitectura, música, escultura, pintura, danza, teatro. Y así, los hábiles tlaxcaltecas crearon una nueva concepción del arte donde se mezclaron los conocimientos traídos por los frailes con el alma y las manos tlaxcaltecas”, describe la investigadora Lucina Toulet Abasolo en su libro “Los Franciscanos, 500 años de presencia en Tlaxcala”.
El Sol de Tlaxcala platicó con fray Miguel Ángel Berrocali Álvarez, miembro de la orden franciscana en nuestra entidad, quien nos comentó que a la llegada de los frailes en 1524 se encontraron con que “este era un mundo totalmente desconocido, desde el idioma y sobre todo las creencias; por ello (los franciscanos) se dan a la tarea de aprender primero el idioma para poder comunicarse, inmediatamente hay una relación muy cercana entre los naturales y los frailes, por ello llega a haber una familiaridad, ya que los frailes quieren hablar de un dios que es un dios de perdón, pero también de un dios en donde el compromiso está en hacer bien al prójimo”.
LA LLEGADA AL NUEVO CONTINENTE EN 1524
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De acuerdo con la especialista Lucina Toulet, el 9 de mayo de 1522, con la expedición de la Bula Exponi Nobis Fecisti, el emperador Carlos V decidió que fueran los franciscanos los primeros religiosos enviados a la Nueva España para llevar el mensaje de Jesucristo a los naturales.
Fray Francisco de los Ángeles Quiñones fue elegido Ministro General de la Orden Franciscana en 1523, por lo que se le encomendó buscar a doce frailes franciscanos para la labor de evangelización en las nuevas tierras conquistadas por Hernán Cortés.
Fray Martín de Valencia encabezó esta encomienda y se hizo acompañar de once franciscanos más: Francisco de Soto, Martín de Jesús de la Coruña, Juan Suárez, Antonio de Ciudad Rodrigo, Toribio de Benavente (Motolinía), García de Cisneros, Luis de Fuensalida, Juan de Rivas, Francisco Jiménez, Andrés de Córdoba y Juan de Palos.
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“Los doce franciscanos fueron reunidos el 30 de octubre de 1523 en el convento de Santa María de los Ángeles, en la ciudad de Asís, donde el Ministro General les dio la patente y obediencia..”, detalla Toulet Abasolo.
Finalmente, el 13 de mayo de 1524 los doce franciscanos arribaron a San Juan de Ulúa, Veracruz, y en su trayecto hacia la actual Ciudad de México se detuvieron a descansar en Tlaxcala “donde quedaron maravillados con el mercado, en el que casi todos los días hay más de treinta mil personas vendiendo y comprando, además de los muchos mercadillos que hay en otras partes de la ciudad. En el mercado principal había vestidos, calzado, joyería de oro, plata, piedras preciosas, joyas de plumaje, mucha loza de diversas formas, leña y carbón, hierbas de comer y medicinales”, así lo describen las “Cartas de Relación” escritas por Hernán Cortés al emperador Carlos V.
A su llegada a la Nueva España, los religiosos decidieron repartir el trabajo de evangelización en cuatro zonas que fueron: México, Tlaxcala, Texcoco y Huexotzingo, y para esta labor se dividieron en dos grupos.
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Carlos Alvear en su libro “La Historia de la Iglesia en México” detalla que de estos dos grupos de franciscanos unos marcharon a la Ciudad de México y otro a la región de Puebla - Tlaxcala; al paso de los años se extendieron hacia los actuales territorios de Morelos, Michoacán, Jalisco, Zacatecas, Durango, Sinaloa, Sonora y el territorio de las Californias.
FRANCISCANOS SE ESTABLECEN EN TLAXCALA
En el libro “El Convento de Nuestra Señora de la Asunción en el siglo XVI”, de Cecilia Gutiérrez Arriola, se detalla que para Tlaxcala fueron asignados fray García Cisneros, fray Martín de la Coruña y fray Andrés de Córdoba quienes, desde finales de 1524, se hospedaron durante casi tres años en una de las casas del señor Maxixcatzin, en el barrio de Ocotelulco.
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De tal forma que sería alrededor del año 1527 que los frailes se trasladaron a un pequeño convento en San Francisco Cuitlixco, construcción que estuvo a cargo de fray Martín de Valencia; sin embargo, unos pocos años después -alrededor de 1530- los religiosos comenzaron la construcción de un nuevo convento que sería Nuestra Señora de la Asunción, que se mantiene en pie hasta nuestros días en la capital tlaxcalteca y que en su interior conserva la primera pila bautismal de América, donde fueron bautizados los nobles tlaxcaltecas, teniendo como padrinos a Hernán Cortés y otros conquistadores como Pedro de Alvarado.
LLEGADA DE LOS FRAILES TRAJO PROFUNDOS CAMBIOS SOCIALES Y CULTURALES
El aporte de los frailes no se limitó a la enseñanza de las creencias cristianas y los valores franciscanos como la nobleza, disciplina, sinceridad, humildad, respeto y prudencia, como afirma Lucina Toulet, también contribuyeron a profundos cambios sociales y compartieron con los tlaxcaltecas sus conocimientos en técnicas artísticas.
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En el libro “Los Franciscanos, 500 años de presencia en Tlaxcala” se detalla que el trazo de la ciudad colonial tlaxcalteca se debe a los conocimientos arquitectónicos de los evangelizadores que llegaron al territorio; lo que además derivó en la edificaciones de importantes templos que siguen en pie como los conventos de Nuestra Señora de la Asunción, en Tlaxcala; el Convento de Tepeyanco, de Chiautempan, de Huamantla, Ixtacuixtla y de Calpulalpan.
Otras edificaciones, a pesar de encontrarse casi en ruinas debido al inclemente paso del tiempo, siguen siendo testimonio de la habilidad constructiva de esta orden; es el caso de los exconventos de Nuestra Señora de las Nieves, en San Juan Totolac y de Santa María Atlihuetzía.
La religión no fue lo único que los franciscanos compartieron con los indígenas, también contribuyeron a profundos cambios en la estructura familiar, pues introdujeron el concepto de la monogamia, ya que los prehispánicos acostumbraban a tener un tipo de matrimonio que involucraba a más de dos personas.
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Los frailes también enseñaron a los naturales sus conocimientos y habilidades en las artes como el grabado, dibujo y pintura, que les permitió explicar de mejor manera los conceptos religiosos.
Además, la música fue un elemento central en la liturgia, y el teatro se desarrolló de manera prolífica al unir a indígenas y españoles en la creación de espectáculos únicos que resaltaron la fe católica.
“Empieza a haber una simbiosis entre el pensamiento que los franciscanos traen, que viene a representar lo que es Europa, y el pensamiento de nuestros antepasados los naturales para crear obras de arte, arquitectura, pintura, escultura, pero sobre todo los cimientos de una nueva sociedad”, aseguró el fraile franciscano asentado en Tlaxcala, Miguel Ángel Berrocali, en la charla con este Diario.
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FESTEJOS POR LOS 500 AÑOS DE PRESENCIA FRANCISCANA
Los festejos en Tlaxcala por los cinco siglos de presencia franciscana tienen como sede este domingo la catedral de Nuestra Señora de la Asunción, donde la Provincia del Santo Evangelio de México ha organizado una conferencia a cargo de Lucina Toulet Abasolo, al igual que una eucaristía de acción de gracias y un concierto de salterios.
Las celebraciones continuarán a lo largo del año en otros puntos de nuestro país con presencia franciscana, como el convento de San Miguel Huejotzingo, en Puebla; en la catedral de Texcoco y culminará con un evento en el el templo de San Francisco el Grande, en la Ciudad de México.
- En 1522 el emperador Carlos V decidió que fueran los franciscanos los primeros religiosos enviados a la Nueva España para llevar el mensaje de Jesucristo a los naturales.
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- El 13 de mayo de 1524 los doce franciscanos arribaron a San Juan de Ulúa, Veracruz, y en su trayecto hacia la actual Ciudad de México se detuvieron a descansar en Tlaxcala, señala en su libro Lucina Toulet Abasolo.