El trueque o intercambio de mercancía se ha perdido en los últimos años, debido a la crisis económica que vive el país, coincidieron comerciantes del tianguis sabatino.
En un recorrido efectuado por El Sol de Tlaxcala al menos una decena de comerciantes informaron que la mayoría de gente que llega a comercializar sus productos, prefiere las ganancias económicas por encima del cambio de mercancía.
Los tianguistas de hortalizas, plantas, comida y ciertos utensilios del hogar son los que más aceptan cambios en vez de pago en efectivo, pues las ganancias son pocas y prefieren obtener otros productos que satisfacen sus necesidades.
Juana Hernández Ayometzi, una de las comerciantes de alfarería, declaró que su producto lo compra y al mismo tiempo lo vende, y aunque siempre está abierta a la posibilidad de realizar cambios, sus compañeros comerciantes casi no ofrecen ese tipo de transacción.
La también líder comerciante de tianguistas, puntualizó que últimamente es muy raro que se dé el fenómeno del trueque, y cuando ella lo ha realizado, es con personas que ofertan sus semillas, alguna fruta local de temporada como zapotes o limones.
Apuntó que otro de los mercados que abarca es el tianguis de San Martin Texmelucan, Puebla, donde la gente comúnmente oferta hojas de tamal, e incluso el maíz.
Por su lado, Rosaura Jiménez Ruiz, una mujer comerciante de aguacate, aceptó que la mayoría de gente busca el circulante, pues la economía del país se encuentra muy golpeada como para efectuar cambios de mercancía.
“Sobre todo ahorita que el aguacate se encuentra muy caro, no podemos aceptar cambios porque en la central de abasto no llegamos y ofrecemos cambios, ahí tenemos que pagar forzosamente con dinero”, aseveró.
Por último, comentó que un número muy reducido de comerciantes son los que ofrecen trueques, y el fenómeno se da ya casi caída la noche, cuando la venta prácticamente ha concluido.
Juana Hernández
Comerciante
La gente que venía de Tetlanohcan o Tlaltelulco traía su carboncito o su leñita, pedían cambio con cazuela o con ollas despostilladas, pero ahora como los cuidan mucho las autoridades para que no exploten el monte, se está perdiendo esa bonita costumbre”