Dado que la Iglesia ha solicitado a la feligresía no guardar las artesanías de palma como un amuleto protector o de buena suerte, las espigas y semillas de abundancia se han posicionado como una alternativa para ser bendecidas durante el Domingo de Ramos y después conservarse en el hogar. Las semillas de abundancia han sido empleadas desde tiempos precolombinos, sin embargo, en la tradición judeocristiana están empatadas con celebraciones como Año Nuevo, el Día de la Candelaria y actualmente con la Semana Santa.
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TRADICIÓN PREHISPÁNICA
En un principio, la creencia de orar con las semillas estaba relacionada con el inicio del año agrícola. Para cumplir con la tradición, las familias preparan una canasta con semillas de buena calidad, así como otras especias entre las que destaca el frijol, arroz, trigo, romero, maíz y lenteja, que son base de la gastronomía mexicana, y hacen oraciones en torno a ellas.
En las comunidades agrícolas se tiene la creencia de que el maíz debe ser bendecido antes de la siembra para que cumpla un ciclo próspero y abundante. Además, una semilla que ha pasado por oración irradia su poder a otros granos. Lo anterior, se fusionó con el llamado “plato de los sietes granos”, donde se reúnen varios cereales de la canasta familiar con el fin de ayudar a atraer la prosperidad, así como alejar la precariedad y la falta de alimento.
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TRADICIÓN CATÓLICA
Para promover la fe en Cristo, la Iglesia católica instauró la bendición de las semillas durante la Candelaria, para después fusionarse con otras festividades del calendario. Hoy, los costalitos de semillas abundan en gran parte de ellas. Durante este Domingo de Ramos, el elemento extra es la espiga de trigo, que además de mencionarse como una fuente de alimento, es utilizado para ejemplificar varias parábolas.
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Como símbolo cristiano, cuando la antigua envoltura de la semilla se rompe, hablando metafóricamente de la muerte, el resurgir de la espiga representa una nueva vida, la resurrección. Este es el motivo por el que numerosos símbolos de la muerte, pasión y resurrección de Cristo disponen espigas en su decoración.
El mensaje del Evangelio en esta fecha indica que Dios da la semilla y a cada ser humano toca sembrar. “Dios nos ha dado nuestras cualidades, a nosotros nos toca desarrollarlas; Dios nos ha dado el corazón, el interés, la inteligencia, la voluntad, la libertad, la capacidad de amar; pero el amar o el no amar, el entregarnos o no entregarnos, el ser egoístas o ser generosos depende sola y únicamente de nosotros”.