Uno de los retos más grandes de los docentes y de la escuela de educación especial es el sensibilizar y comprometer a los padres con sus hijos y la escuela, pues éstos deben tener un proyecto de vida para ellos, aseguró Olga Alicia Quechol Tepatzi, docente de psicología del Centro de Atención Múltiple 01 ubicado en Ocotlán.
Lo anterior al reconocer que falta apoyo de los padres, pues aunque los docentes hagan lo propio dentro de la institución, no tendrían éxito si no se involucran tanto, pues muchas veces los ven como guardería y no perciben ese empeño en que sus hijos puedan tener mayores avances y, aunque el alumno no acceda a un aprendizaje de lectoescritura o cálculo, sí podría tener un desarrollo de habilidades para integrarse a la vida productiva.
CÓMO PREPARA SU CLASE
Con 24 años de servicio en el sistema de educación especial, Quechol Tepatzi explicó que planifica sus actividades basadas en un cronograma semanal de acuerdo al programa académico de una escuela regular, pero con adecuaciones a las actividades, para que con estos ajustes el niño logre acceder al aprendizaje esperado.
Por otro lado, indicó que cuando llega un alumno de nuevo ingreso, valora la edad de maduración de éste y la discapacidad, pues actualmente los grupos que atiende presentan todas las discapacidades y, anteriormente, solo trabajaban por cada una de estas, pero ahora es por grado académico y eso implica enfrentarse a todas.
En entrevista, reconoció que deben enfrentarse a situaciones, incluso clínicas, donde los niños a veces no se pueden mover y deben trabajar con ellos y tener cuidado, pero cuenta con el apoyo del maestro de grupo y eso hace que se realice un mejor trabajo en equipo.
EL RETO
Asimismo, aceptó que trabajar con niños “especiales” es un reto, esto porque la mayoría de los alumnos aprenden a través de la repetición y mecanización diaria y “a lo mejor un día nos comprenden y otro no, de ahí que debemos buscar esa manera de hacerlo periódicamente, pero sin desviar nuestra atención de la planificación que llevamos”.
Además, agregó que otro reto es que debido a la discapacidad que presentan, no tienen tanto éxito como tal, sin embargo, sí lo logran en los que su discapacidad es leve, limítrofe o con un nivel bajo que les permite acceder al aprendizaje y alcanzar grados superiores o escuelas regulares, aunque con apoyo de la Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular.
LA SATISFACCIÓN
Eso sí, manifestó que su satisfacción como docente es ver que los alumnos, independiente de sus problemáticas, son perseverantes y, lo mejor, es que se han insertado en el campo laboral y en la sociedad, tal es el caso de un joven con discapacidad auditiva, quien trabaja en una tienda departamental.
Aunque también, de manera personal, admitió que se siente satisfecha con la modificación de la integración de la familia en el autoestima, pues el niño muchas veces viene con una bajísima, pero se trabaja y cuando hay apoyo sale y se integra de mejor manera a la escuela regular o el ámbito laboral.
De igual forma, aseveró que la instrucción que reciben, principalmente alumnos sordos o ciegos –que son con los que mayor éxito han tenido-, les permite continuar estudiando a nivel superior e, incluso, de esta institución egresó una estudiante ciega que terminó toda su preparación superior.
24 Años como docente de educación especial tiene Olga Alicia Quechol Tepatzi.
Quechol Tepatzi planifica sus actividades basadas en un cronograma semanal de acuerdo con el programa académico de una escuela regular, perocon adecuaciones.
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