Desde noviembre de 2022, la Secretaría de Educación Pública (SEP) modificó los criterios de evaluación escolar para que los docentes valoren libremente a los alumnos y puedan determinar calificaciones reprobatorias.
Dicha medida no incluye a los alumnos de primero y segundo grado de primaria, quienes tendrán calificaciones de entre seis y 10 en su boleta; los infantes de preescolar serán evaluados sin valores numéricos, y solo colocarán observaciones y sugerencias sobre el aprendizaje.
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El 30 de noviembre del año pasado venció la disposición de no reprobar, emitida debido a que los alumnos tomaron clases a distancia por la pandemia de Covid-19. Entonces, desde diciembre de 2022, los profesores nuevamente emplean los criterios de evaluación establecidos en 2019 para asignar calificaciones, incluso menores al seis.
La disposición para evaluar aplica en todas las entidades federativas del país. De acuerdo con la SEP queda como un aspecto administrativo, pues pretende recuperar la matrícula, diagnosticar las escuelas, atender la falta de aprendizajes, apoyar a los alumnos, que permanezcan en la escuela, aprendan y tengan salud emocional y social.
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REPROBACIÓN NO RESUELVE FALTA DE APRENDIZAJE
Aunque está permitida la reprobación a nivel nacional, para Homero Meneses Hernández, secretario de Educación Pública en Tlaxcala, no es una medida que resuelva la falta de aprendizaje.
“La calificación es tomada como una medida de control, no creemos en eso, reprobar no tiene sentido ni propósito, regresar a un alumno para cursar el mismo año esperando que aprenda no garantiza que será diferente y ahora sí tendrá los conocimientos necesarios, no sabemos por qué no alcanzó la meta académica, puede vivir en un contexto de violencia o ser ignorado en su hogar, en la escuela no podemos violentarlo con la reprobación”, dijo.
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El secretario de Educación acotó que buscan la valoración del infante, que pueda identificar la razón para acudir a la escuela y tiene la capacidad para lograr su aprendizaje, con esto alcanzarán una progresión sistemática y contextual de los estudiantes, es decir, comprender e interpretar su desarrollo y conducta.
Respecto a los docentes, mencionó que ha sido difícil que comprendan que no es necesaria la reprobación, pues al tener este recurso como una tradición histórica en las escuelas y utilizar la calificación como medio de control, no es sencillo evaluar a los estudiantes con calificaciones aprobatorias.
Meneses Hernández detalló que dos niños pueden tener la misma calificación, pero no el mismo aprendizaje, lo que dependerá de su contexto, alimentación, atención de padres de familia, recursos para elaborar sus tareas, pero el simple hecho de aprender en el aula lo hace meritorio para su avance académico y no quedarse otro año en la escuela.
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“Hay que apoyar a los infantes, no podemos reprobar a un niño que solo aprendió a sumar, cuando debió aprender a dividir, no conocemos su entorno social y familiar, entonces no debemos reprobarlo porque a pesar de sus dificultades acudió a la escuela 190 días y eso merece la aprobación social”.
Finalmente, precisó que la medida de reprobar está descartada debido a la política que establece la Nueva Escuela Mexicana de atender a las personas como humanos, abandonar la tecnocracia del mérito personal que no existe y prioriza el logro comunitario, pues las personas avanzan conforme al contexto social.
DATO:
La calificación mínima aprobatoria es seis en las boletas que entregarán las escuelas de educación básica.
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Homero Meneses, Secretario de Educación en el estado
Hay que apoyar a los infantes, no podemos reprobar a un niño que solo aprendió a sumar, cuando debió aprender a dividir, no conocemos su entorno social y familiar, entonces no debemos reprobarlo porque a pesar de sus dificultades acudió a la escuela 190 días y eso merece la aprobación social”.