El director general del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (Snics), Leobigildo Córdova Téllez, aseguró que el maíz nativo del estado no está en riesgo de desaparecer, pues esta institución posee un programa con tres áreas fundamentales para la conservación y aprovechamiento de la diversidad y, dentro de este programa, uno de los cultivos más importantes es el maíz.
Informó que trabajan en la colecta, evaluación y caracterización de los materiales, pues no solo es conservarlos, sino aprovecharlos de tal manera que el campesino los siga produciendo en regiones identificadas donde estos materiales deben mantenerse con los agricultores para que continúen su evolución y se adapten a los cambios climáticos.
Dentro de la conservación y aprovechamiento de maíces nativos, dijo que existen lugares donde se ha identificado gran diversidad, donde no sería recomendable la entrada de maíces mejorados genéticamente por empresas o por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap), pero en este caso sí pueden involucrarlos en el programa de aprovechamiento de mejoras de su propio material.
Además, aseveró que existe el ramo de mejoramiento participativo, donde el productor selecciona el material bajo el esquema avalado por el proceso de mejoramiento genético, pues generalmente escoge la mazorca y la troje desde las plantas de la parcela que estén en competencia completa con el esquema de muestreo para saber de dónde la obtiene.
Explicó: “Existe ese programa que trabaja en el sentido de conocer las características del agricultor aplicado en estas regiones donde hay una gran diversidad de maíces que son patrimonio del país”.
Detalló que actualmente en el estado son 15 los productores integrados en estos programas que, en caso de desaparecer, no les afectarían pues podrían continuar con su producción de las variedades que han mantenido por generaciones, por lo que ese material es representativo de las especies que se tiene en el país.
Asimismo, Córdova Téllez indicó que el apoyo que le otorgan es a través de insumos o, en su defecto, un recurso económico de entre cinco y siete mil pesos, dependiendo del cultivo para que mantenga el material, pero aprovechando para mejorarlo y que tenga un mejor rendimiento, sin perder las características genéticas.
Profundizó: “Podríamos introducir el mejorado en algunas áreas con buen temporal o riego, pues es donde tiene mayor probabilidad, pues existe solo alrededor del 10 % de semilla certificada”.
Por otro lado, resaltó la importancia de realizar este tipo de reuniones, en las que participan empresas productoras de semilla y productores de la región para obtener semillas certificadas que garanticen que el productor tendrá rendimientos acordes a las condiciones agronómicas de cada región y cultivo.
Mencionó que como institución federal están facultados para dar seguimiento al proceso de multiplicación de semillas y emitir una certificación para que el material que llegue al productor cuente con localidad genética, buena germinación y el vigor necesario para responder en campo y logar el rendimiento que el vendedor estipula.
Finalmente, aseguró que después de varios años han obtenido resultados fabulosos, pues han sido identificadas problemáticas del campo y, por ende, sabrán cómo actuar para resolverlas.
EL DATO
En el país actualmente se tiene el registro de 60 razas y más de 15 se cultivan en Tlaxcala.