Para dar frente a la plaga y rescatar sus bosques, pobladores de 12 comunidades indígenas asentadas en las faldas del volcán, se han sumado para emprender acciones de saneamiento y reforestación.
Sin embargo, trámites burocráticos han mermado los trabajos de los ambientalistas independientes, toda vez que la Comisión Nacional Forestal (Conafor) en Tlaxcala retarda la emisión de notificaciones.
Tal es el caso de las 34 hectáreas que, los diferentes comités vecinales, pretenden sanear para evitar la propagación del descortezador, no obstante, el faltante de las escrituras que comprueben la posesión del predio ha detenido el proceso de saneamiento forestal.
Dicha disposición es un absurdo, asegura la bióloga Dulce María Hernández, presidenta del comité de vigilancia forestal de la comunidad de Cuahuixmatlac, en Chiautempan, pues al ser un área protegida natural es imposible tener una escritura pública que avale la posesión del predio.
Además,la Conafor demuestra que desconoce la forma de vida que rige a las comunidades indígenas del estado, lo que constituye una violación a sus derechos. Y es que ahora la constancia de posesión firmada por su presidente de comunidad ya no es suficiente para la dependencia.
Hay que recordar que las comunidades indígenas se rigen por usos y costumbres, por lo que no han tenido la necesidad de tramitar una escritura pública, ya que para ellos es suficiente reconocerse entre colindantes o poseer una propiedad de “palabra”.
Los trámites duran hasta tres meses, tiempo para que el gusano descortezador acabe con el arbolado, comenta Dulce.
- Al no respetar el autogobierno, la Conafor está violando el artículo 2 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, señalan vecinos
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