La Semana Santa 2020 será recordada por la ausencia de los feligreses en una de las celebraciones más importantes para la Iglesia católica: la Pasión de Cristo.
La pandemia por Covid-19 (Coronavirus) obligó a modificar los ritos religiosos y a la suspensión y reprogramación de actividades eclesiásticas, algo no registrado desde hace decenas de años.
Con transmisiones de las misas y liturgias a través de Facebook, la Diócesis demostró –según el Obispo Julio César Salcedo Aquino- que la fe no es únicamente para ser proclamada en el templo.
Era un panorama que se avizoraba desde el 16 de marzo, cuando el gobernador de Tlaxcala, Marco Antonio Mena Rodríguez, sugirió a la ciudadanía no acudir a sitios concurridos para evitar en la entidad un contagio exponencial y acelerado del Coronavirus.
Y las sospechas de los miles de católicos fueron confirmadas al día siguiente, cuando el Obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, determinó que este año no habría Viacrucis, procesiones, Tres Caídas y ningún acto litúrgico que congregara feligreses.
Y así sucedió: no hubo representaciones bíblicas; aunque en algunos templos fueron a puerta cerrada y con la presencia de menos de 10 personas, entre el sacerdote y los ministros.
ORARON POR FIN DE LA PANDEMIA
La suspensión de esas celebraciones y la interrupción de misas en todos los templos parroquiales, capillas filiales, santuarios y rectorías, fueron ocasionadas por la contingencia sanitaria generada por el Coronavirus.
Por eso, la mayoría de las homilías fueron para pedir por el fin de la pandemia, por las personas que fallecieron a causa de esa enfermedad, por sus familias, por la no propagación de los brotes y por las personas, como médicos, enfermeras, elementos de seguridad pública, funcionarios y autoridades civiles, que trabajan para contenerlo.
En varias ocasiones el Obispo de Tlaxcala instó a los fieles a no permitir que la crisis–social, sanitaria y económica- que ha generado la pandemia de Coronavirus oscurezca su fe, sino que la hagan más grande.
Salcedo Aquino también solicitó a la feligresía, en reiteradas ocasiones, proteger y cuidar de la vida, al acatar las recomendaciones sanitarias emitidas por las autoridades civiles y eclesiásticas para evitar la propagación de los contagios, como el no salir de casa, evitar acudir a lugares concurridos y guardar la sana distancia.
LA MISA CRISMAL SIN SACERDOTALES
La misa Crismal del Jueves Santo fue diferente, y a la catedral de Nuestra Señora de la Asunción, en la capital, solo acudieron los vicarios episcopales, el párroco de ese templo y el obispo Julio César Salcedo Aquino.
Fue ese grupo de sacerdotes quienes, en representación de todos los presbíteros de la entidad, renovaron sus votos sacerdotales, es decir, las promesas que hicieron durante su ordenación sacerdotal y reafirmando así su deseo de vivir al servicio de Dios.
Ahí, a puerta cerrada, el máximo jerarca de la Iglesia católica hizo la bendición del Óleo de los Enfermos, del Óleo de los Catecúmenos y consagró el Santo Crisma, aceites que durante todo el año serán utilizados para ungir y celebrar los sacramentos.
NO HUBO LAVATORIO DE PIES
Ese día tampoco fue representada la escena bíblica en la que Jesús lava los pies a sus discípulos.
El inicio del Triduo Pascual fue diferente y en la misa vespertina de la Cena del Señor llevada a cabo en la Basílica de Nuestra Señora de la Misericordia, en Apizaco, el máximo jerarca de la Iglesia católica en la entidad sugirió a los fieles - estos momentos de contingencia- adoptar el memorial de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo como su camino hacia la Pascua.
Además de que las celebraciones fueron a puerta cerrada y transmitidas vía Facebook, el Obispo no visitó el Centro de Reinserción Social de Tlaxcala, como tradicionalmente lo hace cada año, y tampoco hubo el Viacrucis que los reos escenifican para sus familias.
SUSPENSIÓN DEL VIACRUCIS
Calles en silencio, sin los adornos en color morado y con la presencia de unos cuantos ciudadanos, así se vivió en Tlaxcala el Viernes Santo.
El atrio de Nuestra Señora la Asunción y las inmediaciones del Exconvento de San Francisco, en la capital, donde cada año el máximo jerarca de la Iglesia católica de Tlaxcala pronuncia las Siete Palabras, lució vacío.
Un escenario similar se vivió en Chiautempan, donde fue cancelada la procesión de las Tres Caídas que data de hace más de un siglo, y que cada año reúne a miles de personas que durante siete horas recorren las principales calles.
Tampoco fue realizada la escenificación del Circo Romano (edición 46), en Santa Cruz Aquiahuac, Tetlatlahuca, en donde locales actúan la captura de esclavos y simulan batallas entre gladiadores para salvar su vida.
Por el contrario, en algunos templos los sacerdotes oraron frente a las imágenes que representan las 14 estaciones de la Cruz.
Por la tarde, en la Celebración de la Pasión del Señor que también tuvo lugar en la Basílica de Nuestra Señora de la Misericordia, en Apizaco, Salcedo Aquino instó a los fieles a no permitir que la crisis por el Coronavirus oscurezca su fe.
91 POR CIENTO de la población es católica.
3 AÑOS ha celebrado el Obispo Julio César Salcedo la Semana Santa en Tlaxcala.
FALLAS TÉCNICAS
En algunas ocasiones, hubo fallas en las transmisiones en Facebook de las celebraciones religiosas de la Diócesis.
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