El trasplante renal de donante vivo se ha convertido en una oportunidad para mejorar la salud de quienes presentan deficiencias en las funciones de sus riñones, sostiene la doctora Miriam Torres Espinoza, jefa de departamento de Hospitales y Unidades Especializadas del sector salud.
Al optar por esta modalidad de tratamiento muchos de los pacientes evitan ingresar a las listas de espera, que en muchas ocasiones puede implicar años, lo que afecta y con el tiempo provoca el deterioro en el estado de salud de quienes registran una enfermedad renal crónica.
El pasado 23 de abril, en el Hospital IMSS-Bienestar de Tzompantepec tuvo lugar el caso número 99 con éxito de un trasplante renal de donante vivo, práctica que se lleva a cabo desde 2007 tras reactivar el Programa Hospitalario de Trasplante Renal de este 2024.
La historia deja un final feliz para Margarito, de 33 años de edad, y su madre Julia, de 54 años de edad, la cual obedece a que después de 24 horas de la intervención quirúrgica el paciente tuvo una mejoría considerable y después de siete días será dado de alta.
MEJORAR LA CALIDAD DE VIDA, LA RECOMPENSA
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Torres Espinoza resaltó que un trasplante renal de donante vivo tiene como principal objetivo mejorar la calidad de vida de quienes padecen una enfermedad crónica y degenerativa, por ello son sometidos al Protocolo de Trasplante de Riñón de Donador y Receptor Vivo Relacionado, de manera estricta.
Refirió que de manera inicial se someten a un estudio complejo para garantizar la compatibilidad entre donador y receptor, por la complejidad del tipo de procedimiento que no deben presentar ninguna infección o enfermedad.
Este es un tratamiento que se considera definitivo, al dar otro esperanza y calidad al paciente después de la cirugía, además de que disminuyen los costos en cuanto a otras terapias de sustitución renal, como son la diálisis o la hemodiálisis.
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“Realmente un beneficio muy importante para los pacientes y en general, pues para toda la población, precisamente este tipo de acciones se debe al número de casos que hay de esta enfermedad”, planteó la especialista.
A esta opción no pueden ser sometidos pacientes en los que la enfermedad ya es muy avanzada, los candidatos a esta opción terapéutica no deben registrar alguna otra infección, problemas del corazón o de otro órgano.
Es por esto que el protocolo contempla desde revisiones dentales, psicológicas, del nutriólogo y cardiólogo, en el caso de niños o adultos mayores del pediatra y geriatra, además de buenas condiciones de la sangre.
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Hoy en día esta opción de tratamiento es amplia para diversos grupos, pues casi todas las edades pueden someterse a una intervención quirúrgica, si cumplen con los aspectos marcados en el protocolo.
Aunque aun existe falta de conocimiento de este procedimiento y la cultura de la donación en la entidad es mínima, cada día las instituciones de salud pugnan porque estas prácticas vayan al alza, sostuvo Torres Espinoza.
En el caso de los donantes, la especialista explicó que su calidad de vida no se ve afectada después del procedimiento médico y no tienen que someterse a cuidados especiales, aunque para garantizar una adecuada calidad de vida deben tener una alimentación balanceada y practicar deporte.
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- A esta opción no pueden ser sometidos pacientes en los que la enfermedad ya es muy avanzada, los candidatos a esta opción terapéutica no deben registrar alguna otra infección, problemas del corazón o de otro órgano.
- La calidad de vida de los donantes no se ve afectada después del procedimiento médico y no tienen que someterse a cuidados especiales