Los tumores sólidos son la segunda causa de cáncer infantil en Tlaxcala y la primera es la leucemia, informó Alberto Jonguitud Falcón, secretario de salud en la entidad.
En entrevista, reafirmó que la leucemia es la forma de cáncer más frecuente en los infantes de Tlaxcala y es una enfermedad donde la sangre se multiplica de forma incontrolada de células inmaduras anómalas denominadas “blastos”.
Mientras que los tumores, agregó, son la segunda causa de cáncer que atienden, como los linfomas, neuroblastoma, cerebrales o sarcoma de partes blandas, aunque no hay motivos específicos que determinen su aparición.
“A la fecha, científica y epidemiológicamente no hay evidencia de la causa con un efecto, es decir, no hemos observado que haya relación entre el agua contaminada por empresas o por cierta exposición a algo con nuevos casos de cáncer”, declaró.
Aceptó que los tratamientos están cubiertos al 100 % por el Seguro Popular, en los llamados gastos catastróficos, por lo que mantienen una campaña permanente para detectar signos de cáncer en un niño aparentemente normal, mediante consultas por motivos distintos, pero que aprovechan para estudiarlos.
El funcionario estatal puntualizó que el Hospital Infantil de Tlaxcala (HIT) es el espacio donde atienden los más de 120 casos registrados, ya que está certificado y tiene las herramientas necesarias para atacar la enfermedad degenerativa que se ha presentado en niños de uno hasta 14 años de edad.
Aseveró que el HIT también brinda el servicio de hematología pediátrica, especialidad que comprende el estudio de patologías como leucemia linfocítica aguda y crónica, linfomas, mielomas, donde determinan su etiología, diagnóstico, tratamiento, pronóstico y prevención.
Finalmente, recordó que dada la relevancia de ese problema de salud pública en la población infantil, reforzaron el área con la contratación de una nueva oncóloga, por lo que a la fecha brindan el servicio un par de especialistas, lo que ha favorecido para la detección de nuevos casos.
SIGNOS Y SÍNTOMAS DE CÁNCER
- Fiebre persistente o recurrente.
- Sangrado frecuente de nariz, o de encías al cepillarse los dientes.
- Puntos rojos o morados en la piel.
- Moretones sin causa aparente.
- Dolor generalizado de huesos y articulaciones.