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Calabazas, brujas, catrinas, sahumerios y cráneos son algunas de las artesanías de temporada que los visitantes podrán encontrar en la localidad de La Trinidad Tenexyecac, perteneciente al municipio de Ixtacuixtla.
El talento y la creatividad de los alfareros se reflejan en las decenas de figuras de barro que llenan de color la calle que conduce al centro de la comunidad, conocida por sus cazuelas moleras, un utensilio indispensable en las cocinas tradicionales mexicanas.
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Los precios varían según el tamaño y el material, ya que, además de barro, los alfareros también trabajan con yeso. Las figuras y macetas tienen un costo que oscila entre los 15 y 150 pesos, mientras que las cazuelas pueden ir de los 30 hasta los mil 500 pesos, dependiendo de su tamaño. La Talavera de San Pablo del Monte también se comercializa en La Trinidad, mientras que las artesanías elaboradas con otros materiales, como aquellas provenientes de estados como Michoacán, Morelos y Guanajuato, complementan la oferta.
Alberto Roldán Barrientos compartió con El Sol de Tlaxcala que él y su familia comenzaron la elaboración de las piezas de temporada desde junio, con el objetivo de satisfacer la alta demanda de sus productos durante noviembre y diciembre. No obstante, señaló que tienen buenas ventas a lo largo del año, principalmente los fines de semana.
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En el local de Roldán Barrientos se venden figuras de temporada, macetas, recuerdos para fiestas y las tradicionales cazuelas moleras, con precios accesibles para el público. Por su parte, en el negocio de José López Pérez, además de adquirir sus piezas artesanales, los visitantes pueden observar el arduo trabajo de los jóvenes artesanos, ya que allí mismo se encuentra el taller de moldeado y pintura. Gracias a su legado familiar y experiencia, López Pérez ha logrado consolidarse como uno de los principales negocios de la localidad, siendo uno de los pioneros en la venta de artesanías.
Recuerdo que solo éramos tres o cuatro los que vendíamos aquí en La Trinidad, pero con el tiempo, debido a la buena venta, más familias se han sumado al oficio, comenta. Actualmente, más de 15 negocios se pueden encontrar en la entrada principal de La Trinidad, cuya artesanía sigue ganando popularidad, especialmente entre los turistas religiosos.
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Los llamados “sanmiguelitos”, quienes visitan el santuario de San Miguel Arcángel durante su fiesta patronal (29 de septiembre), no solo benefician el comercio de Nativitas, sino también a municipios cercanos como Chiautempan y ahora Ixtacuixtla, en La Trinidad. Además, en diciembre, los viajeros que acuden a Chignahuapan, Puebla, para comprar esferas, aprovechan para visitar esta localidad y completar sus compras. La venta de piezas navideñas comenzará a mediados de octubre, por lo que, si ya tienes planes de desempolvar el ajuar navideño, puedes ir preparando tu visita a La Trinidad.
TEMPORADA DE LLUVIAS AFECTA LA PRODUCCIÓN
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Debido a que el proceso de producción es artesanal, los alfareros dependen del clima seco o soleado para secar sus piezas. Las cazuelas, por ejemplo, son horneadas dos veces y luego expuestas a la intemperie, un proceso que puede durar de cuatro a cinco días. Sin embargo, las constantes lluvias de este año en todo el país han afectado la producción, reduciendo considerablemente la cantidad de piezas que normalmente se producen anualmente.
A pesar de estos retos, los alfareros se muestran optimistas con las ventas, ya que, con el paso de los años, La Trinidad se ha hecho conocida por sus artesanías de barro, atrayendo tanto a turistas locales como nacionales. Las festividades de Todos Santos y Navidad son las temporadas más fuertes para los alfareros, coinciden en señalar. Además, otros comercios, como los de alimentos, también se ven beneficiados por la gran afluencia de compradores, especialmente los fines de semana.
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REPRODUCCIONES PREHISPÁNICAS, EL SELLO DE FORTINO SÁNCHEZ
Fortino Sánchez Pérez pertenece a la quinta generación de alfareros en su familia, quienes han preservado este legado artesanal desde hace muchos años. Junto a su padre, Marcelo Sánchez Muñoz, Faustino mantiene viva esta tradición, que también es su principal fuente de ingresos.
En su modesto hogar, ambos trabajan arduamente en la elaboración de cazuelas, cajetes, servilleteros y figuras de temporada, entre otras piezas. Sin embargo, desde hace años, Fortino se ha enfocado en la reproducción de piezas prehispánicas, algunas de las cuales han sido expuestas en el Museo de la zona arqueológica de Cacaxtla.
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A diferencia de otros alfareros, Fortino se distingue por su pasión por la historia de sus antepasados. Con distintas arcillas, recrea piezas que evocan el politeísmo antiguo. Durante nuestra visita a su taller, Fortino comentó que, tras un encuentro con un arqueólogo, su interés por recrear instrumentos sonoros, máscaras y deidades prehispánicas fue en aumento.
Su conocimiento ha sido empírico, pues no ha tomado ningún curso formal; simplemente observa las imágenes y es capaz de reproducir las piezas, e incluso crear algunas a partir de su propia imaginación. Estas artesanías no son comunes en Tenexyecac, pero pueden adquirirse bajo pedido como elementos decorativos.
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Sánchez Pérez adelantó que algunas de sus piezas serán expuestas en un museo que próximamente abrirá al público, como parte de las actividades del convite de alfareros locales, organizado a través del programa Cultura Comunitaria de la Secretaría de Cultura federal.
No cabe duda que, además de impulsar la economía local, los habitantes de La Trinidad Tenexyecac elaboran sus artesanías con un profundo sentido de pertenencia, el cual se refleja en cada cazuela y figura que crean.
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EL APUNTE
La obtención del barro en bruto se extrae de antiguos bancos en los cerros y terrenos donde se encuentra asentada la localidad de La Trinidad. La cazuela se cuece dos veces al fuego a altas temperaturas.
La cazuela se cuece dos veces al fuego a altas temperaturas.
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