Su nombre significa que es un guerrero y, como tal, Elías ganó la batalla entre la vida y la muerte.
Seis días después de ser internado en el Hospital Juárez de México, “Rayo”, como fue nombrado por los médicos y que cumplirá tres años de edad el próximo 24 de abril, fue dado de alta al recuperarse de la intoxicación que sufrió al ingerir veneno y ya se encuentra en casa, en su natal Tlaltelulco.
Este miércoles, Luis Fernando y Mónica, padres de Elías, acudieron a las instalaciones de El Sol de Tlaxcala para agradecer a todas las personas que oraron por su hijo y a quienes se solidarizaron al aportar dinero para pagar los diferentes estudios que le practicaron al menor.
En un encuentro con el director de este Diario, Máximo Hernández Cervantes, quien les otorgó este miércoles un apoyo económico a nombre de la empresa, los padres de Elías también agradecieron que se les haya proporcionado un vehículo para llevarlos al hospital y regresarlos a Tlaxcala.
Contaron que su hijo apenas y probó la sustancia que el pasado jueves lo puso al borde de la muerte.
Pero gracias a la oportuna intervención de médicos del Hospital General de la Secretaría de Salud, que dirige el pediatra Alfredo Adán Pimentel, su hijo fue diagnosticado de inmediato y trasladado a un centro especializado para este tipo de casos, en la Ciudad de México.
“Fueron días de angustia al ver que se estaba muriendo en mis brazos, pero gracias a Dios mi niño ya está bien… ahorita viene dormido pero ya juega como lo hacía antes y come bien, aunque ligero por la dieta que debe seguir y el tratamiento médico”.
Mónica deseó que ninguna familia que tenga a hijos menores de edad pase por lo que ella y Luis Fernando vivieron en un –literal- “abrir y cerrar de ojos”.
“Fueron menos de cinco minutos los que dejé solo a mi hijo para hacer las labores de la casa, nunca imaginé lo que pasaría porque desconocía que habían puesto el pan con veneno y él por curiosidad se lo llevó a la boca, pero apenas lo probó y lo tiró porque le supo feo, los médicos nos dijeron que de habérselo comido las cosas hubieran sido distintas”.
La madre del infante también destacó el apoyo de sus padres, de su familia y de gente allegada que en todo momento estuvieron al pendiente de esta situación que “cambió nuestras vidas”.
“Mis papás se quedaron en la calle la primera noche porque nos fuimos sin nada, lo único que pensábamos era en que mi bebé se recuperara, luego vino la ayuda y eso no tenemos cómo pagarlo, solo decirles que Dios los bendiga siempre y les dé salud”.
Al estar hospitalizado, Elías recibió un juguete de regalo que ahora no suelta y lo lleva a todas partes.
Es un helicóptero, como la aeronave que lo trasladó “entubado” y de gravedad de Tlaxcala a la Ciudad de México, aunque él no recuerda haber viajado en él.
- EL LLAMADO
La ama de casa y su esposo, de oficio albañil, recomendaron a los tlaxcaltecas que sustancias prohibidas como el veneno para combatir roedores, no sea usado en los hogares, ya que representa un potencial peligro.
Mi niño tiene un ángel muy grande porque muchas personas se ofrecieron a ayudarnos, hubo apoyo moral y económico, El Sol de Tlaxcala nos proporcionó el medio de transporte para llegar rápido al hospital y eso lo agradecemos infinitamente
Mónica / Mamá de Elías