Desde hace algunos días los tonos violetas de las flores de los árboles jacaranda enmarcan varias calles y avenidas principales de la capital y, con ello, otorgan un toque de belleza y romanticismo a la capital tlaxcalteca.
Esos escenarios son disfrutados por lugareños y turistas desde 1983, cuando el entonces presidente municipal de Tlaxcala (en la primera ocasión que gobernó esa comuna), Joaquín Cisneros Fernández, ordenó que fueran plantados en puntos estratégicos para embellecer la imagen de la comuna, eso explicó el cronista municipal de Tlaxcala, Cesáreo Teroba Lara.
Y cada año, con la llegada de la primavera, sus duraderas flores violetas asombran y “deleitan la pupila” de la ciudadanía y de enamorados que caminan a orillas del rio Zahuapan, donde existen varios ejemplares.
Pero también es posible apreciar algunos árboles sobre la carretera Puebla-Tlaxcala, la que conecta al centro de Tlaxcala con la carretera Texmelucan-Tlaxcala, así como en el camellón del bulevar Mariano Sánchez, que va desde la Casa de Artesanías hasta las Escalinatas de los Héroes.
La Calle del Vecino, estrecha vía usada por las personas para llegar a la capilla donde es venerada la Preciosa Sangre de Cristo, es otro sitio emblemático en el cual las personas disfrutan de los paisajes violetas que en esta temporada ofrecen las jacarandas tanto en las alturas como en los pisos, en donde se forman tapetes morados debido a la caída de las flores.
Y aunque en esos lugares es posible observar “las filas de jacarandas”, que se han convertido en un emblema de la capital, es posible encontrar alguno que otro en cualquier rincón del municipio y hasta del estado.
Las flores son inoloras y, además de los paisajes morados, sus frondosas ramas funcionan para la ciudadana como un sitio donde pueden guarecerse de las altas temperaturas.
Pero con relación a este árbol de ornato no todo es “de color violeta”, ya que además del crecimiento desmedido de sus ramas, sus raíces han representado un problema para los más de tres kilómetros de banquetas construida sobre la ribera del río Zahuapan, entre los municipios de Tlaxcala y Totolac, y que desde hace varios años permanecen en el abandono y dañadas.
- Puede ser tóxica
De acuerdo con información oficial de la Coordinación General de Ecología del Estado, el nombre científico de la jacaranda (también conocida jacarandá o tarco) es mimosifolia y un árbol adulto puede alcanzar una altura de 12, 15 y hasta 20 metros en condiciones favorables.
La misma información señala que pese a la belleza de sus flores y las propiedades medicinales que posee, toda la planta es venenosa en caso de ingestión y que en algunas personas puede desencadenar irritación en la piel y alergia con su contacto.
- Algunos de sus usos
La jacaranda es usada en infusiones para el tratamiento de la disentería, de la amebiana y otras afecciones gastrointestinales agudas, aunque también se le atribuyen propiedades antisépticas, antitumorales y espasmolíticas.
Además de la tintura de sus flores, es ocupada su madera para trabajos de carpintería en interiores al ser trabajable, liviana y parecida en dibujo al fresno europeo.
- Su hábitat
Su entorno natural es en bosques caducifolios, tienen un mejor desarrollo cuando son expuestas al sol, pero se adaptan a la semisombra; sus ramas son susceptibles a los vientos y tormentas de mediana intensidad y son sensibles a temperaturas inferiores a –1°C (expuestas de manera continua más de cuatro horas).
La sequía limita su crecimiento, no tolera la salinidad, crece en suelos areno-arcillo-humíferos y aunque resiste la contaminación urbana, no así la industrial.
Su reproducción es por semillas a finales de invierno o principios de primavera y admite con dificultad el trasplante en primavera u otoño.
Aproveche estos últimos días del periodo vacacional para conocer en Tlaxcala la belleza de las jacarandas y, por qué no, para tomarse alguna foto teniendo como fondo el color violeta de las flores.