Este día, 3 de octubre, Tlaxcala cumple 499 años de existir como ciudad, una metrópoli símbolo inequívoco del nacimiento de una nueva nación, surgida a partir de la fusión cultural entre indígenas e hispanos en nuestro territorio.
“Niña Tlaxcala, la mía, la que no puedo olvidar en mis ojos, en mi sangre oigo tus voces hablar”, es como el escritor Miguel N. Lira hizo referencia a nuestra ciudad que a un año de cumplir el medio milenio de existencia resuena en cada piedra, calle y edificio, llevando consigo el eco de nuestras raíces.
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Con la alianza entre tlaxcaltecas y españoles, el paso siguiente fue el florecimiento de un nuevo territorio, donde la convivencia entre ambos generó una riqueza histórica que aún se manifiesta en sus edificios y calles que, como pocas ciudades, conserva su traza original, a pesar del paso del tiempo y el crecimiento demográfico.
CON LA LLEGADA DE LOS FRANCISCANOS INICIA LA CONSTRUCCIÓN DE LA CIUDAD
Luego de la caída de Tenochtitlan en 1521, los frailes franciscanos llegaron a tierras tlaxcaltecas para iniciar con el proceso de evangelización de los indígenas, lo cual fue el acontecimiento que dio pie al surgimiento de la ciudad de Tlaxcala, según lo explica el doctor en Historia, Alberto Xelhuantzi Ramírez.
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El hecho que definió la edificación de la ciudad fue la bula que emitió el Papa Clemente VII el 3 de octubre de 1525, en la que se establece que la sede del primer obispado sería la ciudad de Santa María de los Remedios en la isla de Yucatán, pero dado que la ciudad no reunía las condiciones necesarias la sede se traslada a Tenochtitlan, donde las condiciones tampoco fueron las adecuadas, por lo que la Corona Española designa a Tlaxcala como el primer obispado en tierra firme y con ello la construcción de una metrópoli.
EL EXCONVENTO DE SAN FRANCISCO, PIEZA CLAVE DEL NACIMIENTO DE TLAXCALA
Con el obispado asentado en Tlaxcala fue necesaria la edificación de capillas, ermitas y edificios que albergaran los poderes civiles y religiosos. “Es por ello que los franciscanos eligieron fundar el convento en la cañada u hondonada conocida como Chalchihuapan”, detalla Xelhuantzi Ramírez.
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En 1527 a la par del establecimiento de los franciscanos en Chalchihuapan, inició la traza de la ciudad, el delineamiento de calles y solares, tarea en la que estuvieron involucrados los misioneros, pues la prioridad fue construir el convento franciscano que daría albergue al obispo Julián Garcés, quien arribó a la provincia en ese año para tomar posesión del obispado.
Una de las primeras edificaciones que formaron parte de nuestra ciudad, ya en la época colonial, fue la capilla de Belén, hoy ya desaparecida, así como el Hospital de la Encarnación, construcción que aún se conserva.
Hacia 1538 ya se había aplanado el atrio del convento y es posible que los cimientos del templo y claustro estuvieran ya edificados y se iniciara la construcción de las paredes.
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El crecimiento de Tlaxcala comenzó en la época colonial desde el exconvento hacia la hoy Plaza Xicohténcatl hasta llegar al Palacio de Gobierno, que en el siglo XVI fue sede de las Casas del Cabildo, donde habitaron los señores que integraron el cabildo de la República de Tlaxcala.
LA CONSTRUCCIÓN DE LOS EDIFICIOS EMBLEMÁTICOS
De 1548 a 1555 se dio la construcción de los principales edificios de la capital tlaxcalteca, como los portales, las Casas de Cabildos, la fuente, la picota y la plaza, ubicados en lo que ahora conocemos como zócalo o Plaza de la Constitución.
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Esta primera fisonomía de la capital aún existe en planos que se encuentran en documentos históricos como “Descripción de la ciudad y de la provincia de Tlaxcala de las Indias y mar Océano para el buen gobierno y ennoblecimiento de ellas”, autoría de Diego Muñoz Camargo.
Otras edificaciones emblemáticas de Tlaxcala como las iglesias de San José, San Nicolás y la Capilla Real de Indios -actual Palacio de Justicia- fueron construidas ya en el siglo XVII.
Esta Capilla Real de Indios fue construida por la nobleza indígena como un gesto que exaltaba a la provincia como baluarte de la Nueva España; “no obstante, el edificio no perduró por haber sido levantado en un terreno fangoso que provocó el hundimiento del templo”, detalla el doctor en historia.
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El recinto estuvo decorado por numerosas obras de arte, principalmente cuadros al óleo que narran el bautizo que recibieron los señores tlaxcaltecas y de la predicación del evangelio en la provincia de Tlaxcala por Santo Tomás. Muchos de estos cuadros fueron trasladados a la parroquia de San José y al convento franciscano.
SUS HABITANTES
La ciudad fue planeada para la residencia de la nobleza indígena; sin embargo, también se instalaron algunos españoles que se casaron con doncellas indígenas para tener acceso a los bienes y otros ejercieron diversos oficios. Con el paso del tiempo, llegaron a Tlaxcala negros y mulatos, que fueron sirvientes de las familias españolas.
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Incluso, la presencia de negros, mulatos y otras castas en la ciudad se incrementó a finales del siglo XVI, ya que durante las festividades, los días de mercado y en otras ocasiones especiales, como las ceremonias fúnebres de los monarcas, llegaban a la ciudad mulatos, mestizos o esclavos que huían de las haciendas o ranchos de la provincia, de la ciudad de Puebla o de México y se establecían por una temporada en Tlaxcala y después migraban, detalla Alberto Xelhuantzi.
LA ARQUITECTURA YA EN EL SIGLO XIX
Desde el periodo de la Independencia la arquitectura colonial sufrió pocas modificaciones, pero a mediados del siglo XIX fueron construidos edificios con estilo arquitectónico francés Art Noveu, como el edificio de la Cámara de Diputados, la escuela el Pensador Mexicano (que hoy alberga las oficinas de Comunicación Social del Gobierno del Estado) y el Teatro Xicohténcatl.
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LAS RAÍCES CONVIVEN CON LA MODERNIDAD
En la segunda mitad del siglo XIX, con la consolidación del porfiriato, la influencia del arte francés se evidenciaría en los edificios de carácter civil que hoy son oficinas de gobierno, y “finalmente las vanguardias del siglo XX están presentes en las esculturas y arquitecturas de la sede de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, en el Museo de Arte de Tlaxcala y en el nuevo estadio Tlahuicole”, asegura el historiador.
En el país, contadas ciudades como Tlaxcala han conservado su traza original, lo que ha permitido mantener viva su historia plasmada en sus espacios en los que se siguen contando las historias de sus actuales habitantes.
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LOS 500 AÑOS
El Consejo Interinstitucional para la Salvaguarda y Protección del Conjunto Conventual Franciscano y Catedralicio de Nuestra Señora de la Asunción ya prepara las actividades para la conmemoración de los 500 años de la ciudad de Tlaxcala, a celebrarse en el 2025.
- Una de las primeras edificaciones que formaron parte de nuestra ciudad, ya en la época colonial, fue la capilla de Belén, hoy ya desaparecida, así como el Hospital de la Encarnación, construcción que aún se conserva.