Desde hace 355 años el templo de San José ha sobrevivido al paso del tiempo y a los embates de la naturaleza para mantenerse en pie como centro de la fe católica de la capital tlaxcalteca.
Luego de casi siete años de mantenerse cerrado a la feligresía debido a los daños ocasionados por el sismo de septiembre de 2017, el templo ha regresado a la vida social y eclesiástica. En el marco de este acontecimiento, El Sol de Tlaxcala presenta los detalles sobre la historia de este rincón sagrado.
UNA HISTORIA QUE COMENZÓ EN 1669
De acuerdo con información recabada por el historiador Armando Díaz de la Mora, basado en la crónica de Zapata y Mendoza, quien fue testigo presencial de este acontecimiento, el 18 de marzo de 1669 el templo de San José terminó de edificarse.
“Ese día, el Santísimo Sacramento y la imagen de la Virgen de la Asunción fueron trasladadas del convento franciscano hacia San José, con una procesión que avanzó por los portales, el Cabildo y el mercado, que ahí se encontraban de acuerdo a la conformación de aquella época”, menciona la citada crónica.
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La inauguración de San José duró cuatro días, del 18 al 21 de marzo de 1669, durante los cuales se oficiaron misas y se realizaron fiestas, pues fue el segundo templo de tal magnitud en el hoy estado de Tlaxcala, luego del convento franciscano, que se edificó entre 1537 y 1540.
“El edificio fue bendecido el 18 de marzo, además de colocarse por la tarde el Santísimo Sacramento y, de manera excepcional, la Virgen de la Asunción. Para el martes 19 se realizó la primera misa y una gran fiesta a cargo del gobernador español Tristán de Luna; el miércoles 20, la misa la llevaron a cabo los frailes franciscanos del convento de la ciudad, que tuvo como predicador a fray Juan de Mendoza, y para el jueves la realizó el Cabildo Indígena, con el cura de Chiautempan, Mateo de Rivero, quien lo hizo en español y náhuatl. Sin duda, fue todo un acontecimiento, porque no hay relato paralelo para la inauguración de un templo en la provincia, ni para la época ni para tiempos posteriores”, afirmó Díaz de la Mora.
SAN JOSÉ FUE LA CATEDRAL DE TLAXCALA
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En entrevista con este Diario, el actual párroco de San José, Marco Antonio Padilla Aguilar, abundó sobre los distintos momentos que ha tenido este sitio de oración, pues desde principios de los años cincuenta hasta los años setenta fue la catedral de Tlaxcala.
“Por situaciones propias del tiempo, la sede de catedral se pasó a Puebla. Por el año de 1952 nuevamente se vuelve a erigir Tlaxcala como diócesis y se toma a San José como primera catedral en la nueva etapa. Por cuestiones de historia y de presencia, se vuelve a retomar al convento de San Francisco como catedral alrededor de los años setenta; pero viene el momento en que los feligreses de esta capital empiezan a tener a San José como un lugar importante de oración y de fe”, explicó el párroco.
SU UBICACIÓN, UN CASO SINGULAR
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De entre las peculiaridades de esta parroquia, el historiador Armando Díaz de la Mora destaca su ubicación, pues a diferencia de la mayoría de los templos católicos en México que datan de la época colonial, San José no se encuentra en la plaza principal de la ciudad, sino a un costado.
“La ciudad de Tlaxcala es un caso, de los pocos en México, donde el templo católico no se encuentra en una de las aceras de la plaza principal. En la ciudad virreinal tlaxcalteca surgió de manera peculiar ya que, originalmente, el templo destinado a la primera catedral de la actual República Mexicana fue el conjunto conventual franciscano, a partir de 1527. Tlaxcala es un caso singular porque las catedrales se comenzaron a edificar después de 1640, cuando el obispo Palafox les quitó a los franciscanos el culto regular”.
DE UNA CAPILLA A TEMPLO
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Los antecedentes de San José se remontan a una pequeña capilla edificada en el mismo predio, la cual fue demolida para dar paso a este templo, coinciden el párroco Padilla Aguilar y el historiador Díaz de la Mora.
De acuerdo con los historiadores, antes de que surgiera esta parroquia había una ermita, no recuerdo dedicada a quién, pero después se construye la dedicación a San José, que hoy es el patrono de la ciudad de Tlaxcala, compartió el presbítero.
Mientras que el historiador abundó que la primera mención de un edificio religioso en el lugar que hoy ocupa este templo fue en el año 1639, cuando se informa que una persona de nombre Esteban Ballesteros colocó ahí un retablo de Las Ánimas.
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“Seguramente esta primera construcción se relaciona con otras capillas dispersas por la ciudad. Para el 3 de marzo de 1666 se comenzó la demolición de la capilla para ampliarla a un templo, seguramente ya con la perspectiva de ser el principal de la ciudad. Para el 8 de julio de 1668 se concluyó la bóveda izquierda y el día 24 se reporta un fuerte temblor, por lo que al día siguiente se dan cuenta que se cuarteó la construcción del templo”.
ARTE SACRO EXCEPCIONAL
Además de su exquisita arquitectura de estilo palafoxiano de la que destaca su fachada decorada con ladrillo y azulejos de talavera con motivos barrocos, también resalta el arte sacro de su interior.
En la charla con este Diario, el párroco Marco Antonio Padilla enfatizó que el templo resguarda retablos y lienzos que datan de entre los siglos XVII y XVIII, en los que se pueden apreciar la historia, cultura y costumbres de la época.
Tenemos un lienzo donde está el bautismo de los cuatro señores de Tlaxcala; lo peculiar de esta obra de arte es que está ahí la Malinche presente, apuntó el presbítero.
Además de estas piezas, también resalta un cuadro de la virgen María pintado sobre concha nácar que, de acuerdo con Marco Antonio Padilla, es único en el mundo por la complejidad de la técnica; incluso fuentes de la Secretaría de Turismo estatal detallan que este cuadro del siglo XVIII, de autor anónimo, ha recorrido diferentes ciudades del mundo en exposiciones de arte.
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EL NIÑO MILAGROSO DE TLAXCALA
Una de las narraciones orales que envuelven a esta parroquia es la del Niño Milagroso de Tlaxcala, se trata de la figura de un niño Dios que se dice caminó por el templo y que aún se conserva en San José.
“La devoción al niño milagroso de Tlaxcala es una presencia de piedad popular muy fuerte, porque este niño -de acuerdo con la tradición popular- caminó en el año 1914. Existen testimonios de que caminó en la casa del licenciado Anzures, lo que es hoy el Museo de Arte de Tlaxcala. La figura luego fue trasladada a San José, donde también caminó. Todavía tenemos a personas que dan testimonio de que sus abuelos eran niños y que vieron cómo caminaba el Niño Milagroso”, mencionó el sacerdote.
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Como hace 355 años, la reapertura de San José ha sido todo un acontecimiento social y religioso, pues esta iglesia representa uno de los mayores símbolos del catolicismo en nuestro estado.
“Una de las cosas muy importantes de esta parroquia es que es un lugar donde muchas personas vienen a confesarse y a buscar el sacramento de la reconciliación. Es un lugar de oración porque se tiene una capilla expiatoria. Pensamos que la gente se iba a alejar luego del cierre por el sismo, y no, la gente regresa aquí”, apuntó el párroco Marco Antonio Padilla.
- 6 años y seis meses permaneció cerrado el templo a causa de los sismos de septiembre de 2017.
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Una de las narraciones orales que envuelven a esta parroquia es la del Niño Milagroso de Tlaxcala, se trata de la figura de un niño Dios que se dice caminó por el templo y que aún se conserva en San José.
El historiador Armando Díaz de la Mora, basado en la crónica de Zapata y Mendoza quien fue testigo presencial de este acontecimiento, el 18 de marzo de 1669 el templo de San José terminó de edificarse.