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A diferencia de otros templos de la entidad, la parroquia de San Miguel Arcángel, ubicada en la cabecera municipal de Apizaco, no fue consecuencia de un episodio histórico en la vida religiosa de Tlaxcala, más bien se erigió como una obra de arte donde pudiera profesarse la fe. Aspiración que mantienen vigentes las más de seis décadas que respaldan su construcción.
Por la belleza alojada en sus pinturas y sus exquisitos acabados de oro inspirados en la Capilla Sixtina de la Ciudad del Vaticano, esta ostentosa pieza se convirtió en un tesoro de la zona, a pesar de ser tan joven como la ciudad que la vio nacer.
Por petición del entonces párroco de la basílica de Nuestra Señora de la Misericordia, Marcial Águila González, la iglesia se edificó en 1959 a base de limosnas colectadas por los fieles católicos. Según narra la tradición oral, fueron ellos mismos quienes bautizaron a la comunidad como San Miguel y adoptaron al arcángel como patrono, pues aquel nombre propio era el más predominante entre los dadivosos habitantes de la zona.
De acuerdo con el libro Historia de Apizaco, de Luis Nava Rodríguez, el diseño del templo fue trazado por el escultor Constantino Méndez, quien también donó el terreno de 30 por 10 metros, ubicado en la esquina que forman las calles 2 de Abril y Venustiano Carranza.
A su vez, Enrique Arellano Bravo, cronista religioso de Apizaco, señala que al ser devoto del Jefe de los Ejércitos de Dios, el altruista religioso (fallecido en 1989), colocó la primera piedra de la iglesia hace 64 años.
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DESTACAN BELLAS ARTES
Si bien la edificación de San Miguel es aparentemente sencilla, pues no tiene atrio ni cúpula, su arquitectura cumple un rol fundamental para dotarla de esbeltez con su aceptable altura de nueve metros.
De estética romántica, el templo sostiene siete bóvedas con cantera proveniente de las localidades de Santa Úrsula y San Dionisio, así como viguetas de cemento y finas estructuras metálicas, reflejo de las tendencias de construcción propias del siglo XX.
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En su discreta fachada predomina el muro ciego, que apenas interrumpe su misterio con pequeñas ventanas en arcos de medio punto y curvas de estilo árabe que permiten la iluminación de la nave central y baña a los retablos con una luz tenue durante la segunda mitad del día.
Desde el punto de vista práctico, su optimización de espacio permite el ingreso de al menos 300 personas, por lo que sus paredes llanas y su piso tipo mármol son las áreas de mayor mesura; la vistosa cubierta es quien invitan a elevar la vista hacia “el cielo”.
Acotados murales con tintes neoclásicos ilustran diferentes pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento en una sucesión cronológica donde el arcángel Miguel es protagonista. Estas obras de arte, terminadas de pintar hace menos de una década, están acompañadas de molduras recubiertas en hojas de oro, tal como el nicho donde reposa el santo patrono.
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Las esculturas de Constantino Méndez se encuentran distribuidas en la Magdalena Tlaltelulco, de donde es originario, así como en templos de otras demarcaciones de la entidad. Pero la más representativa de su prolífica obra es la que corona la iglesia que bosquejó.
En 1976 se encargó de elaborar la primera imagen venerada por la feligresía, una escultura de madera de capulín, sabino y fresno de 60 centímetros que tiene en sus manos una espada y una balanza, su cabeza está protegida con un casco decorado con plumas y alas blancas, imagen que visita las celebridades de otros Santos dentro y fuera de Tlaxcala. Sin embargo, hoy la parroquia cuenta con una de mayor tamaño para vestir su presbiterio.
UN HITO EN LA CIUDAD
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Emergida en medio de un modesto poblado, el levantamiento significó un cambio importante en la postal urbana, pues se convirtió en una de las edificaciones más altas del área y un referente visual para las comunidades cercanas.
Por otra parte, una campana metálica de cien kilos, fundida con fecha 30 de agosto de 1971, está suspendida en lo alto de la única torre de la parroquia. Al estar ubicada a una calle del monumento “A la fuerza tractiva de vapor”, conocido popularmente como “La Maquinita”, el paisaje sonoro de la zona combina el sonido del silbato y el repique de San Miguel todos los días del año, armonía que anuncia dos de los característicos elementos que conforman la historia social de Apizaco: el ferrocarril y la fe católica.
LLEVA 49 AÑOS COMO PARROQUIA
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El 30 de enero de 1975, por instrucciones del primer obispo de Tlaxcala, Luis Munive y Escobar, el templo adquirió el rango de parroquia bajo el mando del padre Juan Cruz Placencia.
Así, se convirtió en la segunda de cinco parroquias con las que cuenta Apizaco. Nuestra Señora de la Misericordia, San Martín de Porres, Cristo Rey y la Purísima Concepción conforman la suma.
Actualmente el párroco Marco Garrido celebra cinco misas dominicales y atiende la rectora de El Carmen, así como de las capillas de San José Tetel y José María Morelos.
- La fiesta de la parroquia es el 29 de septiembre, fecha en la que se vive una auténtica feria tradicional con pirotécnica, vaquillas, música y baile popular.
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- 65 años cumplirá la parroquia de San Miguel Arcángel, ubicada en Apizaco, fue edificada en 1959.
El diseño del templo dedicado a San Miguel Arcángel fue trazado por el escultor Constantino Méndez, quien también donó el terreno de 30 por 10 metros, ubicado en la esquina que forman las calles 2 de Abril y Venustiano Carranza.
Cien mil pesos fue el primer presupuesto para la edificación, pero con el paso del tiempo se volvió incontable la inversión de los creyentes que deseaban ver ostentosamente decorada su guarida de adoración.
*Con información de Mónica Vargas
