Calles en silencio, sin los adornos en color morado y con la presencia de unos cuantos ciudadanos, es como se vive en la capital de Tlaxcala el Viernes Santo.
La contingencia sanitaria que originó la pandemia de Coronavirus (Covid-19) suspendió en el mundo toda actividad pública al congregar cientos de personas, pues se convertían en espacios idóneos para la propagación del virus que, en Tlaxcala, cobró ya la vida de un señor de 52 años y al momento ha contagiado a 38 personas.
Por eso, a mediados de marzo pasado el Obispo de la entidad, Julio César Salcedo Aquino, informó que esté año no habría celebraciones de Semana Santa, como Viacrucis, Procesiones, Tres Caídas y cualquier acto litúrgico que congreguen fieles.
Hoy, el atrio de Nuestra Señora la Asunción y las inmediaciones del Exconvento de San Francisco, en la capital, donde cada año el máximo jerarca de la Iglesia católica de Tlaxcala pronuncia las Siete Palabras, lució vacío.
Un escenario similar se vive en Chiautempan, comuna en donde cada año se lleva a cabo la procesión de las Tres Caídas que reúne a miles de personas y que durante siete horas recorre las principales calles.
Tampoco será realizada la escenificación del Circo Romano (edición 46), en Santa Cruz Aquiahuac, municipio de Tetlatlahuca, en donde locales actúan la captura de esclavos y simulan batallas entre gladiadores y esclavos que deben pelear para salvar su vida.
Sin embargo, en algunos templos los sacerdotes solo oraron frente a las imágenes que representan las 14 estaciones de la cruz.
Continúa leyendo: