Los integrantes de una familia que sufren violencia o ejercen agresiones no mantienen esas actitudes en el hogar y, por el contrario, la llevan a contextos escolares, laborales, sociales y políticos para generar más ataques, coincidieron ponentes de la Universidad de Cuenca, Ecuador, que arribaron a la Autónoma de Tlaxcala (UATx).
En el aula magna Raúl Jiménez Guillen de la Facultad de Ciencias para el Desarrollo Humano, los conferencistas participaron en el foro “Violencia y familia” programado del 13 al 24 de noviembre para analizar los fenómenos agresivos en los hogares, las consecuencias, cómo atenderlos y evitar que ocurran estas prácticas.
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En el primer día de actividades, Alfonsina del Rocío Guzmán Jiménez, directora de la carrera en Orientación Familiar; así como Juan Antonio Peña Aguirre, decano de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Políticas y Sociales, ambos de la Universidad de Cuenca, hablaron sobre la normalización de la violencia, tanto en redes sociales como en espectáculos de comedia, tema que es usado para causar burlas y diversión de la audiencia.
En su intervención, Alfonsina Guzmán dijo que las familias son un sistema que interactúa con otros entornos y contextos sociales, como el religioso, educativo, laboral y político, entre otros, los integrantes pueden relacionarse mediante convivencias sanas y de conflicto, de ahí que esas acciones no se quedan en casa y pueden generar sumisión en una relación de noviazgo o soportar violencia en el trabajo, por mencionar algunas situaciones.
Por lo tanto, dijo que las personas que forman parte de un sistema familiar sufren las afectaciones que vive uno de sus integrantes, como ocurrió en la pandemia, cuando el padre se quedó sin trabajo, las repercusiones fueron para todos los habitantes.
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La ponente externó que “la interdependencia en los hogares es fundamental, somos personas que necesitamos de los demás para estar bien, somos seres sociales, salvo en situaciones de patología”.
Al definir la violencia familiar, citó a diversos autores y aseveró que es una presión psíquica o abuso de la fuerza contra una persona para obtener fines propios y está en contra de la voluntad de la víctima; mientras que en términos sistémicos es una relación que existe entre los implicados en una interacción de características violentas.
En su análisis, externó que la violencia es un trauma que despersonaliza a las personas, hace que pierdan su identidad y las conlleva a vivir relaciones de violencia, pues pasan por un proceso de destrucción en el aspecto psíquico, cerebral y pone en riesgo la vida de la víctima al incapacitarla para afrontar la situación. Incluso, genera secuelas, deja huellas físicas y los afectados tienden a repetir las agresiones.
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Destacó que las personas que no resuelven las violencias generarán más etapas de violencia intrafamiliar o en contextos sociales, de ahí que es necesario recibir intervención profesional adecuada e integral.
Antes de concluir, mencionó que las familias deben guiar a los individuos para desempeñarse de forma óptima, sana y lograr niveles de madurez; el profesional debe practicar la escucha activa, evaluar desde el enfoque sistémico familiar, generar un cambio de pensar, sanar las heridas, trabajar en el relato del trauma y ayudar en el proceso de construcción, crear grupos de apoyo, gestar equipos de trabajo y crear una cultura resiliente.
INEQUIDAD GENERA VIOLENCIA
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La charla de Juan Antonio Peña Aguirre, decano de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad de Cuenca, Ecuador, fue enfocada en el aspecto de seguridad y criminología, pues lastimosamente la violencia y la familia son conceptos vinculados.
Aseveró que en Latinoamérica las agresiones son generadas o asentadas en inequidad, por los actos de desigualdad, discriminación e injusticia, los cuales generan otros delitos, como los crímenes violentos que solo se veían en las películas, pero ahora están en la vida real y el ser humano ha perdido la capacidad de asombro ante tanta violencia, hecho que motiva a los profesionistas a generar un cambio desde la educación y academia.
Indicó que el tema debe ser abordado desde diversos enfoques de seguridad que van desde la humana, integral, pública y ciudadana, pero no para sancionar o castigar, más bien para rehabilitar y solucionar los problemas sociales y tener una sociedad más armónica.
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Destacó que debe interesar a la escuela y familia abordar el tema, pues los infantes adquieren valores desde el núcleo familiar al ser la estructura básica para vivir en comunidad y generar una cultura de paz.
Aseguró que para atender la problemática deben diagnosticar las causas de la violencia, fomentar la prevención social a largo plazo, potenciar espacios familiares, trabajar con los actores sociales, organizar redes de la sociedad civil, establecer grupos de riesgo, inculcar valores, impulsar la seguridad comunitaria y contar con planes de seguridad integral.
Previo al inicio de actividades, Josué Camacho Candia, director de la Facultad de Ciencias para el Desarrollo Humano, externó que la violencia y familia son temas que no deberían estar relacionados, pero la situación está presente a nivel mundial y es necesario atender los temas desde la academia, de ahí que el evento permitirá un intercambio de conocimiento entre Tlaxcala y Ecuador.
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- Desde 2021, la UATx y la Universidad de Cuenca cuentan con un convenio de colaboración que beneficia a la comunidad estudiantil.