En Tlaxcala la violencia simbólica está presente en los discursos que niegan las agresiones, los delitos, en la ropa que hace alusión a prostitución de mujeres, incluso el lenguaje, aseveró el Colectivo Mujer y Utopía (CMU).
Ello permea en todos los ámbitos, limita a hombres y mujeres, reproduce esquemas de opresión, desigualdad y discriminación. Está presente en todas las relaciones sociales y en todos los niveles, en los cuales existe la asimetría entre el dominador quien posee legitimidad, prestigio y autoridad y el dominado quien asume que el poder y quien lo tiene, no se cuestiona y se somete.
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El gobierno de México, por medio de su página de internet, expuso que la violencia simbólica es la base de todos los tipos de violencia; a través de las costumbres, tradiciones y prácticas cotidianas se refuerzan y reproducen las relaciones basadas en el dominio y la sumisión.
Apuntó que los espacios donde se presenta pueden ser el educativo, laboral, económico y a través de instituciones como la familia, la escuela, la iglesia y los medios de comunicación se transmiten imágenes, mensajes, valores y normas que refuerzan los estereotipos de género y determinan los pensamientos, percepciones y acciones de las personas dentro del grupo social al que pertenecen.
De hecho, comentó que el sociólogo francés Pierre Bourdieu establece en la década de los setenta el término violencia simbólica, describiéndola como aquella violencia que no utiliza la fuerza física, sino la imposición del poder y la autoridad; sus manifestaciones son tan sutiles e imperceptibles que es permitida y aceptada por el dominador y el dominado.
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Entrevistada al respecto, la directora de CMU, Edith Méndez Ahuactzin, criticó que la violencia simbólica, que usa el poder, mantenga las desigualdades entre mujeres y hombres, por predeterminar roles laborales, en el hogar y en la maternidad, entre otros aspectos.
Refirió que desde hace décadas los movimientos feministas hablan de la violencia simbólica en los diferentes contextos que se ve reflejados en otro tipo de agresiones tipificadas como la política, sexual, de trata, feminicidio.
La violencia simbólica es una forma del uso del poder, sobre todo del masculino, del sistema patriarcal que va colocando imágenes, ideas, sobre el ser mujer, los roles y estereotipos y que quedan en las culturas, en los espacios cotidianos. Se normaliza, minimiza y da pie a otras formas de violencia y a delitos graves como el feminicidio
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Por lo anterior, opinó que corresponde a mujeres y hombres modificar las conductas para acabar con la violencia simbólica, mientras que las instituciones y las autoridades estatales tienen la obligación de atenderlas promover la equidad, igualdad y respeto.