Margarita, ni la primera ni la última en irse

Expulsiones, defecciones y desbandadas han caracterizado al Partido Acción Nacional antes o durante el proceso electoral por la Presidencia de la República durante los últimos 25 años del siglo XX y lo que va del XXI. Hoy no es la excepción: Margarita Zavala Gómez del Campo dejó el partido y se esperan nuevas

renuncias.

“Me voy con una profunda gratitud al PAN… Nada me debe el PAN… Me llevo mis recuerdos… Hay condiciones que te exigen congruencia… No le pido la renuncia a nadie… No es un tema de rupturas, sino un tema del país… En el PAN se cerraron las opciones democráticas… Tengo un listado de agravios…”, dijo entre otras muchas cuestiones la expanista con 33 años de militancia, durante una entrevista radiofónica luego de anunciar su salida del partido.

HIJA DE TIGRE

Con esta renuncia se exhibe la lucha entre calderonistas y anayistas que tiene sumido al PAN en otra crisis. Como foco central está Margarita Zavala -cónyuge desde hace 24 años del expresidente de la República Felipe Calderón-, quien ha desarrollado en la política una actividad paralela a la de su marido.

Antes de que Calderón llegara a Los Pinos, ella en diversas reuniones con mujeres presentó a su marido como precandidato con el lema: “Yo con el PAN, yo con Felipe”. La pareja tiene tres hijos: María, Luis Felipe y Juan Pablo.

Abogada, hija de tigre (su padre, Diego Zavala, era un panista de hueso colorado), ha sido representante a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, fue la responsable, de acuerdo a las palabras del presidente Fox, del Proyecto Para la Mujer, del Equipo de Transición y diputada federal.

Pero las desavenencias entre los panistas han sido la constante. Por ejemplo, en diciembre de 2015 fueron expulsados 115 militantes de Acción Nacional en el Estado de México, por colaboracionistas con otras fuerzas políticas.

El año pasado en Chihuahua, fueron 70 panistas por haber colaborado en las campañas de candidatos de otros partidos. También, se supone, a otros 73 en Puebla por las mismas razones. Hasta el nieto de Gómez Morín, fundador del PAN, (Manuel Gómez Morín Martínez del Río), padeció la amenaza de la expulsión.

Y de lejos vienen sus crisis internas sexenales. Durante el mandato de Efraín González Morfín y sus divergencias con los grandes empresarios regiomontanos, en 1976, el PAN no tuvo candidato a la Presidencia de la República (no obstante, la denodada lucha de José Ángel Conchello por lanzar uno) y sin oposición alguna triunfó el priista José López

Portillo.

OTRAS SALIDAS

El surgimiento del “neopanismo” también se tradujo en conflictos en los años ochenta, además de que al final de los mismos la candidatura al gobierno de Baja California causó fisuras, con el surgimiento del “Foro Democrático”, formado por cerca de 70 integrantes, entre los cuales estaban Jesús González Schmall y Bernardo Bátiz. Su objetivo era: “reencontrar los principios doctrinarios, impulsar la reforma de los estatutos, para hacer más democrático al partido, y propiciar una mayor discusión sobre la reforma electoral”. No lo lograron y salieron del PAN en 1992.

Posteriormente surgirían los Bárbaros del norte, y alcanzarían la dirigencia partidista varios panistas de cepa. En general en el PAN, Carlos Castillo Peraza como dirigente logró mantener cierta unidad.

Después, en el 2000, prácticamente sin la participación de Acción Nacional como partido, arribó al poder Vicente Fox Quezada, en cuyo mandato, en los puestos clave, prácticamente no hubo panistas.

Seis años más tarde, en medio de una batahola entre grupos, porque el presidente de la República se pronunciaba por Santiago Creel como candidato a Los Pinos, ganó la carrera Felipe Calderón Hinojosa.

Y es que la suerte de Creel comenzó a escribirse a lo largo de sucesivas derrotas, tanto en la Asamblea Nacional como en sesiones del Consejo Nacional del blanquiazul, en donde fue consistentemente superado por alianzas temporales establecidas entre calderonistas y medinistas (Carlos Medina Plascencia).

Así, en 2004 y al definir el método de elección del candidato presidencial, Calderón Hinojosa logró convencer a la Asamblea Nacional de optar por un mecanismo cerrado, única y exclusivamente a militantes panistas, en contra de los deseos de Creel quien buscaba una elección a población abierta.

LA LUCHA DE HOY

Hoy, una nueva lucha se presenta, entre Felipe Calderón Hinojosa que apoya a su esposa Margarita Zavala para la candidatura a la Presidencia de la República en 2018, y Ricardo Anaya, dirigente actual del partido, quien a toda costa pretende quedarse con la posición.

Decía Tania Hernández Vicencio en 2005: “Si bien el PAN ha experimentado distintas crisis de manera cíclica, a lo largo de sus sesenta años como partido nunca había registrado una situación tan conflictiva entre sus fracciones internas. Recientemente observamos las fracturas que ocasionó a su interior el relevo de la dirigencia nacional de este partido y ya estamos viendo las tensiones ocasionadas por lo que será el próximo proceso de selección de su candidato presidencial.

Este año el blanquiazul cumple 78 años en medio de la crisis más profunda de que se tenga memoria. Cuando faltan nueve meses para el proceso electoral, la división es profunda y difícilmente podrá subsanarse antes del proceso electoral de 2018.

Aunado a la crisis interna panista, está la exhibición realizada por el Partido Revolucionario Institucional (en cuanto a la entrega de recursos partidistas para la reconstrucción) que los exhibe como mezquinos ante la sociedad, de la misma manera que al PRD, Convergencia y Morena.

Pero como dijo Margarita Zavala en la entrevista: “México tiene otros tiempos que no son los de la dirigencia del PAN”.

Y se podría añadir: tampoco los de los otros partidos.