La actual directora, Sanjuana Martínez, al igual que muchos mexicanos y lectores de noticias, dudan de que Notimex pueda presumir una época dorada, de esplendor. “A lo mejor tuvo sus épocas de oro, no puedo decir nunca”, dice la periodista que hoy está al frente de la agencia, bajo la presidencia de Andrés Manuel López Obrador. Pero sí, los que han estado ahí, los que hoy miran desde lejos su redacción, hablan de épocas de esplendor. ¿Bajo órdenes del gobierno?
Cuatro periodistas ingresaron a trabajar a la Dirección General de Información de la Secretaría de Gobernación en 1967. Enrique Herrera, Jesús Terán, Rolando Ortega y Francisco Fonseca. Esa dependencia era de las pocas que tenía una dirección de Comunicación Social, que dirigía Enrique Abrego. Trabajaban la información diaria que Segob manejaba respecto de todo el país, de gobernadores, del Poder Legislativo, del Poder Ejecutivo, de todo lo que interesara al gobierno transmitir.
“Éramos boletineros. Todos los días, como a las seis de la tarde, el secretario de Gobernación, Luis Echeverría, personalmente, salía de su oficina, recorría los pasillos de la parte de atrás del Palacio de Bucareli y se metía a la Dirección de Información, nos pedía el boletín del día, lo corregía y nos decía corrijan”, recuerda Francisco Fonseca. “Regresaba como a la media hora, lo veía, pedía sacarle copias y decía “a ver usted Fonseca se va a distribuirlo a El Universal, a Excélsior, a El Heraldo, a El Día. Usted se va a tal periódico a tal periódico, etcétera. Cuando llegue tome la hora, pregunte el nombre de quién recibe y me llama confirmándome que ya se entregó”.
Así era todos los días del año 1967 y los primeros meses del 68. Aquel año fue crucial para el mundo. Y para México.
“Recuerdo los problemas de las Brigadas Rojas y el terrorismo en Europa; las barricadas estudiantiles en París; los tanques soviéticos en la Plaza Wenceslao de Praga; la inmolación en Praga de un joven estudiante de 20 años llamado Jan Palach y todo eso que empezó a contagiarse a otras regiones del mundo. Llegó a los Estados Unidos, a la universidad de Kent, en California, hubo muertos”, dice Fonseca.
México a la distancia presumía el privilegio de haber recibido la sede de los Juegos Olímpicos de la Paz 1968.
“Se abre un pórtico de luz a la esperanza. Principia 1968: el Año Olímpico. Millones de corazones en el mundo vibran al unísono en un anhelo de paz y hermandad. Paz es la palabra que estremece y aglutina, que brilla y que subyuga. Bajo el cielo del Nuevo Mundo, como presagio de un mundo nuevo, va a arder el fuego que se encendió en Olimpia”, escribió José García Valseca, presidente y director general de El Sol de México, el martes 2 de enero de 1968, en la llamada Columna del Director. En el Real Cinema ofrecían “El mundo joven”, una súper producción de Vittorio de Sica; y en el Apolo, Alameda y Reforma, “El Centauro Pancho Villa”, con Lucha Villa, Joaquín Cordero y José Elías Moreno, bajo la dirección de Alfonso Corona Blake. Y en las páginas de sociedad lucía la amplia sonrisa de la guapa ojiverde Carmen de la Mora de Gómez de Parada, asistente a la cena que para despedir el año organizaron los socios del Jockey Club.
El secretario de Gobernación, Luis Echeverría, declaraba que 1968 sería un año de intensa actividad político-electoral, que iniciaba dentro de un ambiente de tranquilidad. Y hacía una lista de deseos: “Que los partidos políticos escojan a sus mejores hombres. Que los ciudadanos analicen a los candidatos que por voluntad soberana han de postular. Que las autoridades locales mantengan un estricto respeto al voto popular, como se ha hecho durante los últimos años en todo tipo de elecciones”.
Mientras que el cubano José “Mantequilla” Nápoles se aparecía en el gimnasio y prometía que no dejaría, ahora sí, las prácticas. Al tiempo que el manager Arturo “Cuyo” Hernández decía que estaba decidido a negociar el contrato del boxeador invicto Rubén Olivares, a quien le pagara 75 mil pesos. En ese entonces, la mayor suma que se había pagado en México por el contrato de un peleador profesional había sido de 40 mil pesos, por el contrato del entonces ídolo de las masas, Raúl “Ratón” Macías.
“Estábamos en la mira de otros países y empezó a haber rumores internacionales de que éramos subdesarrollados, que no seríamos capaces de llevar a cabo los juegos y empezaron a crearse maledicencias, mentiras y cosas por el estilo”, dice Fonseca. “También en aquellos meses, por marzo o abril, hubo un problema en una preparatoria que estaba muy cerca de Gobernación, de nombre Isaac Ochoterena. Hubo golpes entre unos muchachos que después se fueron a pelear contra los de una Vocacional del Politécnico. Creció el conflicto, que llegó a la UNAM y empezó a crearse el problema estudiantil que todos sabemos cómo acabó el 2 de octubre”.
Es entonces cuando el gobierno mexicano toma la decisión de crear una agencia de noticias para contrarrestar lo que se decía de México en el mundo, para desmentir infundios, según los políticos locales. Luis Echeverría llamó a sus reporteros una tarde de aquellas: “Muchachos, el gobierno mexicano va a tener su propia agencia de noticias. Vayan a Insurgentes, ubiquen un local, contraten dos o tres pisos y yo les envío los muebles en los próximos días”.
Se quedaron sin palabras, impactados. Estaban saliendo de la oficina cuando Echeverría agregó: “La agencia se va a llamar Notimex y su lema va a ser Imagen de México en el Mundo”.
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Fonseca y sus compañeros fueron a Insurgentes Sur y hallaron un edificio, en el número 1700. Tenía 10 pisos, era de un alemán, Frank Colman. “Nos alquiló dos pisos, el 7 y el 10. Como a la semana llegaron los camiones de la empresa P.M. Steel. Nos llevó canceles, escritorios, sillas, sillones paredes, todo lo que necesitamos”.
Ahí empezó Notimex. Contrataron a un ingeniero, Osvaldo Palma, que trabajaba en Gobernación. Era un técnico que había trabajado en la RCA Victor de Nueva York. Les llevó un radio de onda corta, un viejo Teletipo y aparatos de telégrafo, les puso también unos Telex.
“A través de aquella radio vieja oíamos estaciones de radio internacionales, como la Voz de América de Estados Unidos, Radio Habana o la propia Radio Vaticano, también Radio Vietnam, en sus transmisiones en español. Seríamos como 10 o 12 trabajadores. El director inicial fue Enrique Herrera, los otros tres del grupo inicial, el ingeniero Palma, el doctor López Reyes. Quintin Ruiz fue el primer reportero redactor que tuvo Notimex. Estuvieron Fausto Montiel, Javier Fuentes y una secretaria que se llamaba Josefina Sánchez”.
De las grandes coberturas iniciales, la primera que recuerda Fonseca son las Olimpiadas del 68. Lo que resalta, es que el trabajo que hacían seguía la línea de la Secretaría de Gobernación, de Echeverría. Ese es un punto que ha marcado a Notimex desde su nacimiento, se relaciona con el poder en turno, como el órgano de propaganda del Estado. Aunque todos los que han pasado por ahí, principalmente sus directivos, hablan de libertad y cambio. Mencionan cuando están adentro sus intenciones de hacer una especie de BBC y otros ejemplos de empresas generadoras de noticias que presumen hacer periodismo, más que favores a los poderosos. Al final se van, salen, y no quieren hablar mucho de esos episodios de su pasado.
“México comenzó a tener problemas muy difíciles y teníamos que contrarrestar informativamente todo eso”, dice Fonseca. “Afortunadamente los Juegos salieron adelante y pudimos cubrirla debidamente. La cubrimos cuatro personas y con la información del periódico El Día, los cables de la agencia EFE y algunos de la AP, de la UPI, que ya no existe, y creo que algunos de la France Press”.
La actual directora, Sanjuana Martínez Montemayor, al igual que muchos mexicanos y lectores de noticias, dudan de que Notimex pueda presumir una época dorada, de esplendor. “A lo mejor tuvo sus épocas de oro, no puedo decir nunca”, dice la periodista que hoy está al frente de la agencia, bajo la presidencia de Andrés Manuel López Obrador. Pero sí, los que han estado ahí, los que hoy miran desde lejos su redacción, hablan de épocas de esplendor.
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“Estamos hablando del sexenio de Salinas. A mí me invita él, a través de José Carreño Carlón, el director de Comunicación Social de Carlos Salinas de Gortari, a encabezar la agencia, justo cuando Pablo Hiriart, que era mi antecesor, dejaba la agencia para irse a trabajar a la Presidencia de la República”, dice Rubén Álvarez Mendiola, quien fue Director de Notimex entre 1992 y 1994.
Rubén “El Negro” Álvarez llevaba más de tres años como corresponsal en Washington, el centro político de Estados Unidos que llegó a cubrir para La Jornada. Raymundo Riva Palacio, quien todavía era director de Notimex, le hizo la invitación para ser corresponsal, primero en Chicago y después Washington.
“Llego a la dirección de la agencia en un momento bastante interesante y muy bueno para mí, porque Raymundo, junto con Pablo, habían construido, por decisión del propio presidente Salinas, que la agencia tratara de ser lo que nunca ha sido del todo: una agencia más de Estado que de gobierno, replicando el modelo de las agencias europeas como DPA de Alemania, AFP de Francia o EFE de España”.
Recuerda que Raymundo Riva Palacio fue el primer director de Salinas de Gortari en Notimex, habiendo sido un periodista que no votó por Salinas de Gortari.
“Como yo tampoco había votado por Salinas. Sin embargo, los dos fuimos directores de la agencia, y el proyecto era que efectivamente la agencia fuera más de Estado que de gobierno y que buscara fundamentalmente profesionalizar su actividad periodística”, asegura Álvarez. “Antes de Salinas era una agencia intrascendente, tremendamente priísta, que sólo difundía comunicados oficiales. Era la época de Miguel de la Madrid, de López Portillo. Buscábamos hacerla un agencia confiable, en un momento interesante del país. Había que dar cuenta y cobertura amplia del momento mexicano”.
Pero también hay que recordar que Carlos Salinas de Gortari venía de un proceso electoral muy controvertido, con muchas acusaciones de fraude electoral, por lo que tenía la intención de mejorar la imagen de su gobierno. En ese momento, el periódico El Financiero era un crítico agudo del salinismo, y el político buscaba también mejorar su imagen ante los ojos de los mexicanos y del mundo.
“En ese tiempo la agencia había desplegado corresponsales en todo el país, oficinas regionales en Guadalajara, en Monterrey, Mérida, Oaxaca y alguna en el norte, no recuerdo si en Mexicali o en Tijuana. Me toca darle continuidad a ese proyecto de trabajo”, recuerda Álvarez.
La agencia servía como un instrumento importante para decirle al mundo entero que Salinas estaba trabajando, que México estaba creciendo. “Cuando a mí me toca llegar a la dirección de Notimex, ya se venía todo eso del Tratado de Libre Comercio, que era uno de los momentos culminantes de la presidencia de Salinas de Gortari. Y unos meses después, ocurre el levantamiento zapatista en Chiapas”.
Y parece que la Luna de Miel y los manotazos se cruzan.
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Rubén Álvarez dice que sobre la cobertura del movimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en un primer momento les pidieron cautela para tratar de entender qué estaba pasando. Rechaza censura. “Nunca tuve un señalamiento de no publiques esto, no publiques lo otro”.
Señala que trabajaron con mucho cuidado. “Yo les decía a los compañeros y compañeras periodistas que todo se puede publicar en una agencia del Estado, sabiendo cómo decirlo y siempre con información confiable y verificable”.
Pero sí les llamaron la atención por ganar una nota, la del general Absalón Castellanos, ex gobernador del estado de Chiapas.
“Me habla Miguel Ángel Velázquez, que entonces era director de Información Nacional, para informarme: ‘oye, te tengo una noticia tremenda, acaban de secuestrar al ex gobernador’. Entonces yo le digo, hay que confirmarlo eso suena muy bueno. Lo que pasó es que el corresponsal iba a entrevistar a Absalón, un personaje chiapaneco relevante del movimiento zapatista y cuando estaba por llegar ve que va saliendo una camioneta a todo tren, levantando polvo y se va del rancho. Entonces se acerca a la puerta la esposa de Absalón y le dice a nuestro corresponsal que acababan de llevarse al general. No podía haber mayor confirmación que ésa”.
Sacaron un flash informativo en el hilo de Notimex. A los dos minutos les entró una llamada de la Presidencia de la República, era Pepe Carreño, para preguntar de dónde había salido esa información. Y le dice: “Por qué no me dijiste nada, por qué no te esperaste”.
Rubén le respondió: “Estimado Pepe, una de las cosas que no nos dejan en Chiapas los zapatistas es entrar en sus zonas, somos la agencia del Estado y nosotros tenemos que lograr cierta credibilidad de que estamos haciendo un trabajo lo más apegado a lo que está ocurriendo en Chiapas. A los tres segundos llama el secretario de Gobernación, Jorge Carpizo, enojadísimo conmigo porque había sacado esa información, pero eso nos valió que durante unas semanas importantes los corresponsales de Notimex pudieran entrar a los lugares donde estaban los zapatistas, no hasta el cuartel de Marcos, pero sí por lo menos a las ruedas de prensa con el obispo Samuel Ruiz y con algunos de las comandancias y pudimos hacer una cobertura bastante decorosa del conflicto”.
Rubén Álvarez asegura que hubo una buena continuidad en el proceso de consolidar la agencia bajo su dirección, profesionalizar a su propio personal y permanentemente dar una batalla para que la agencia no fuera un instrumento del gobierno o de algunos secretarios de Estado que buscaban utilizarla para sus propios fines, lo cual era una permanente tentación en los regímenes anteriores. “Yo creo que eso sí se logró bien”.
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Hoy Notimex, la agencia mexicana de noticias creada el 20 de agosto de 1968 con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos, está sufriendo por su pasivo laboral, por una baja calidad en contenido y por sus problemas financieros que le han impedido pagar contratos con sus proveedores.
“Esta ha sido la peor etapa de Notimex en su historia y está agonizando, algo que hemos manifestando desde hace tiempo”, cuenta Adriana Urrea Torres, secretaria general del Sindicato Único de Trabajadores de Notimex (SutNotimex).
La periodista, quien trabajó por casi 18 años en la sección de negocios de la agencia de noticias, señala que la compañía estatal tiene un pasivo laboral millonario, el cual ya representa 80 por ciento del presupuesto asignado en un año.
El presupuesto dado para 2020 a la compañía dirigida Sanjuana Martínez Montemayor, periodista egresada de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) con estudios de posgrado en la Universidad Complutense de Madrid, es de 220 millones de pesos. Eso significa que el pasivo laboral asciende a unos 176 millones de pesos.
Desde la llegada de Sanjuana Martínez, como directora general de Notimex, han sido despedidos 241 empleados del área editorial, administrativa y recursos humanos. “Muchos de ellos son despidos injustificados y en su gran mayoría tienen demandas interpuestas ante la Junta de Conciliación Arbitraje”, dice la líder del sindicato, quien representa a más de 95 trabajadores destituidos por una decisión de Martínez Montemayor.
“Hay otros ex trabajadores de Notimex, quienes han interpuesto otras denuncias y no estamos al tanto. Todos estos despidos se dieron a partir de la llegada de Sanjuana Martínez a la administración de Notimex”, señala Adriana Urrea, quien desde hace varios días encabeza una huelga a las afueras de donde opera la agencia de noticias por la zona del Metro Chilpancingo.
Notimex tiene la obligación de servir como herramienta de difusión y no de propaganda, dice a El Sol de México. También, la paraestatal se convirtió en una canal para difundir información del poder ejecutivo, legislativo, judicial, empresarial, político, organizaciones civiles, universidades y todo tipo de información de interés ciudadano.
A diferencia de otros medios públicos como Canal 11 y el IMER, Notimex es un proveedor de información a periódicos, radiodifusoras, portales de Internet y televisoras, quienes carecen de los recursos humanos para realizar una amplia cobertura, explica la reportera especializada en el sector bursátil, banca y seguros.
“La principal aportación de Notimex no está en la Ciudad de México, en donde se concentran los canales de la información, sino en los estados de la República Mexicana”, manifiesta.
Canal 11 y el IMER tiene alcance en el Valle de México, pero Notimex se conviritió en un medio de comunicación con influencia nacional y regional, expone.
Notimex llega a todos los rincones del país por la publicación de sus reportajes, entrevistas y demás información sobre el presidente, el Congreso de la Unión, los negocios en México, así como lo que sucede a nivel internacional, añade.
Adriana Urrea recuerda que la compañía tenía una fuerte presencia a nivel internacional con sus 20 corresponsales, pero ya no lo es desde que fueron despedidos por la directora general propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La compañía mexicana logró ser la segunda agencia de noticias a nivel mundial de habla hispana, detrás de la española EFE, y era la generadora de información más grande de América Latina y el Caribe, afirma.
“Hemos estado en muchos periodos en los que la agencia Notimex ha trabajado sin director, especialmente en las transiciones de cambios de gobierno y no había quién dirija la agencia”.
Hoy Notimex no pinta como medio de comunicación de referencia, porque cesó a 20 corresponsales internacionales y otros más ubicados en las distintas ciudades de la República Mexicana.
Notimex llegó a tener convenios con más de 20 agencias o medios de información internacional, lo cual permitía a México un posicionamiento más allá de las fronteras: “Esta es la relevancia de mantener a la agencia como un medio público”.
La líder sindical identifica que hay una crisis financiera en Notimex por la mala administración de la directora general, que ya se refleja en la cancelación, por parte de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México y de otra empresa, de sus contratos de servicios brindados.
“Le adeudan cientos de miles de pesos a una empresa, que le ofrecía servicios de limpieza, y la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México decidió cancelarle el contrato que tenía con Notimex por falta de pago y ya había retraso de 45 días. La Policía Auxiliar se fue y ya no vigila las instalaciones de Notimex”.
“Hubo una caída en las notas informativas y los errores cometidos, porque no usan fuentes confiables”, advierte la secretaria general del Sindicato Único de Trabajadores de Notimex.
Adicionalmente, los empleados de mayor experiencia de Notimex, quienes se formaron por generaciones y sabían el funcionamiento, fueron sustituidos por estudiantes y pasantes contratados por el programa Jóvenes Construyendo el Futuro.
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A un año de la llegada de Sanjuana Martínez Montemayor a Notimex, las cifras de la propia agencia dejan ver los primeros resultados (o falta de ellos en algunos rubros) de su administración.
De acuerdo con el portal de datos abiertos de la agencia, la producción noticiosa se desplomó en el primer año de la llamada Cuarta Transformación. Entre 2018 y 2019, el número de notas periodísticas disminuyó 26 por ciento, la producción fotográfica cayó 39 por ciento; los videos bajaron 40 por ciento, los podcast se redujeron 42 por ciento y las infografías se derrumbaron 60 por ciento.
Martínez Montemayor ha manifestado su deseo de elevar la calidad de la información publicada por la agencia. “Lo que estamos haciendo es perfilar y hacer más calidad que cantidad”.
Eso en cuanto a la oferta. En lo que respecta a la demanda, el número de suscriptores tuvo una caída moderada. Notimex inició el primer trimestre de 2019 con una cartera de 449 clientes y terminó el año con 412, lo que significa que perdió 8.2 por ciento de sus suscriptores en un año.
Más importante que el número de clientes ha sido la caída en sus ventas, del orden de 10 millones de pesos.
Notimex facturó 39.8 millones de pesos por su contenido vendido en 2018, mientras que facturó apenas 29.5 millones en 2019. Para tener una idea de la magnitud del problema, basta considerar que la agencia esperaba facturar 42 millones de pesos el año pasado, de acuerdo con cifras obtenidas de su portal de transparencia proactiva.
La caída en las ventas de Notimex se explica en parte por la disminución de sus suscriptores, pero sobre todo porque los clientes que aún conserva pagan cada vez menos por sus contenidos.
Paradójicamente, la austeridad republicana impulsada por el gobierno del presidente López Obrador, y Morena en general, hizo que el Notimex de Sanjuana Martínez perdiera a sus mejores clientes del Gobierno Federal.
Un caso es la Lotería Nacional para la Asistencia Pública, que pasó de significar 901 mil pesos de ingresos para Notimex en 2018 a desaparecer de su cartera de clientes al año siguiente. Otro ejemplo es el Instituto Mexicano del Seguro Social, que en 2018 erogó 726 mil pesos por servicios de la agencia para un año después prescindir de ella.
Hay dependencias que no dejaron de ser suscriptores pero sí redujeron drásticamente sus gastos. La Cámara de Diputados, por ejemplo, destinó en 2019 poco menos de 207 mil pesos por servicios de Notimex cuando un año antes desembolsó 757 mil.
Entre los clientes privados, los pagos a Notimex también disminuyeron. Por ejemplo, el Consorcio Interamericano de Comunicación (Grupo Reforma) pagó a la agencia mexicana casi 708 mil pesos en 2018 mientras que en 2019 solo erogó 359 mil pesos, indican datos oficiales.
En total, Notimex registró casi 500 transacciones económicas menos de parte de sus suscriptores entre 2018 y 2019.
Junto con sus ventas, los subsidios y apoyos fiscales a la agencia de noticias también cayeron 6.28 por ciento. En 2019, la Secretaría de Hacienda entregó 186 millones 49 mil 508 pesos por concepto de subsidios a Notimex, cuando un año antes fueron enviados 198 millones 529 mil 910 pesos a la empresa estatal, según cifras enviadas por la agencia al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
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Raymundo Riva Palacio dice que si la agencia produjo 162 mil 358 notas en 2018, y 119 mil 869 en 2019, sí estamos hablando de una caída en la producción.
Recuerda que a finales de 1988 él producía arriba de 220 mil notas. “Y le dimos todavía un empujón para arriba”.
Al mencionarle que Notimex facturó 10 millones de pesos menos en 2019, con respecto a 2018, señala que la baja producción de noticias no sería tan relevante si el número de ventas fuera similar. “Porque diría que quizá modificaron el ser masivos, a ser una agencia de nicho o de ciertos temas más selectivos, pero no es el caso… Yo sí creo, con estos datos, que en lo que yo recuerdo, es el peor momento desde los ochentas”.
Enfatiza: “El dato que me parece brutal es la caída en ingresos. Si redujeron tanto la plantilla, que de alguna manera podría explicar la disminución del número de notas, pero cayeron las ventas casi 10 millones menos de lo que preveían (…) Si cayeron tantas ventas, eso significa que empezaron a cancelar el servicio o dejaron de pagar”.
Para el periodista, que dirigió la agencia de noticias de 1988 a 1990, un factor importante que consolidó a Notimex en otras épocas, fue que la agencia se expandió a más lugares, a donde no llegaba la información, volviéndose de algún modo más nacional.
“Fuera de los grandes centros de medios, como México, Guadalajara y Monterrey, ayudaba mucho al resto del país, por eso iba subiendo el número de clientes y también el número de ingresos, porque cuando yo llegué había como 180 clientes de los cuales pagaban 36… Y al final quedaron poco más de 600 y todos pagaban… y eso se mantuvo creciendo. Entonces había una correspondencia entre el crecimiento de cobertura con el crecimiento de clientes y el crecimiento de ingresos”.
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—¿Para qué nos cuentes cómo han ido cayendo los suscriptores de Notimex en los últimos meses? Y ¿cuál es la viabilidad con todo este bloqueo por un paro laboral?--, le dice el reportero a Sanjuana Martínez vía telefónica.
— Nosotros estamos trabajando, sí. No sé a qué bloqueo te refieres--, responde la actual directora de Notimex.
—Hay un bloqueo de los trabajadores de Notimex.
— Ex trabajadores...
— ¿Los trabajadores tienen demandada a la agencia?
— Son ex trabajadores, son ex trabajadores. Algunos despedidos desde hace unos meses...
— ¿Notimex tiene vida y futuro?
— Bueno yo ya di una entrevista… ¿Cuál es tu nombre?
— Enrique Hernández. Sanjuana.
— ¿Qué puesto tienes ahí?
— Soy reportero de investigaciones especiales de El Sol de México...
— Ahhh. El Sol de México. Yo ahorita no estoy dando entrevistas, pero te puedo pasar alguien, si quieres.
— Se te busca a ti para la entrevista por la relevancia que tienes dentro de Notimex.
— Sí, pero esas preguntas que tú me estás haciendo ya las contesté a Martha, que es tu jefa, quien fue quien me hizo la entrevista y también a Hitachi… O como se apellida. Tiene un apellido japonés.
—Se llama Hiroshi Takahashi…
— Son las mismas preguntas...
— Si no hay comentario, te agradezco la atención por estos minutos, seguimos en contacto y cualquier cosa estamos a la orden. Este es mi número de teléfono para cualquier situación que requieras...
— Te agradezco mucho, pero ahí está la entrevista y de ahí puedes sacar muy buenas respuestas que te puedan servir....
— Sí vi la entrevista y fue realizada hace más de siete meses. Sin duda se necesita una postura actual y es un año donde hay una crisis por la que seguramente el gobierno le recortará recursos a la agencia Notimex.
—No sé a qué te refieres la verdad.
—Te agradezco por estos minutos y estamos a la orden.
— Estás haciendo afirmaciones que no coinciden con la realidad. Ninguna de las que has hecho. Por ejemplo, existe Notimex, pues es absurdo que me digas eso.
— Te pregunté que si tenía viabilidad Notimex, en ningún momento te dije que si existía o no.
— Qué si tenía qué...
—Te pregunto si Notimex tiene viabilidad y vida…
— A eso me refiero, pues es una cuestión de cómo si existe o no existe… Viabilidad y vida.
—Viabilidad en los negocios significa si la empresa tiene futuro...
—¿Pero qué información tienes para decir que tenemos menos suscriptores?
—La información pública que tengo es que tuvieron menos ingresos en un año.
Sanjuana Martínez dice que una caída de suscriptores es algo absolutamente falso. “Al contrario, hemos tenido un incremento del 20 por ciento en suscriptores internacionales. En nacionales también ha habido un incremento. Si quieres te doy el dato concreto y sí te puedo dar documentos especiales y oficiales. Si tú me mandas los que tienes, con todo gusto intercambiamos. ¿Te parece?”.
— ¿De cuánto fue el incremento del número de suscriptores?
--Ándale… Te agradezco. Entonces y muchísimas gracias Enrique. Saludos.
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Un cambio legal en junio de 2006 dotó a Notimex de autonomía técnica y de gestión como primer paso para convertirla en una auténtica agencia informativa de Estado. Con la llegada de la 4T al poder, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador habló de transformar a la agencia en una BBC mexicana, aludiendo al prestigioso servicio público de radio y televisión del Reino Unido.
“Aquí ya hay libertad, porque eso fue lo que a mí me prometió el Presidente y lo ha cumplido hasta hoy”, nos dijo hace unos meses Sanjuana Martínez en una entrevista en la que habló de sus retos al llegar a encabezar Notimex. “Yo fui corresponsal 20 años en Europa, con Proceso, y cubrí Medio Oriente, recorrí Asia, o sea, sí conozco agencias de Estado”.
Ese es el objetivo. Sanjuana dice que hay muchos modelos, pero ella tiene su propio modelo que tiene que ver con los intereses periodísticos e informativos de América Latina.
Sin embargo, para el periodista Néstor Ojeda, quien fue subdirector de Operaciones Nacionales de la agencia en 2001, Notimex está lejos de convertirse en una genuina agencia de Estado como son AFP, EFE o la BBC.
“Debería generar contenidos para los medios públicos, los medios privados y la sociedad de manera abierta e independiente, sin responder a los intereses privados y tampoco a los intereses de gobierno”, explica Ojeda. “Eso le garantizaría prestigio como a France-Presse, BBC y EFE, que gozan de gran credibilidad y prestigio a partir del hecho de que tienen una total independencia, autonomía financiera y capacidad de generar negocios y obtener recursos propios”.
Néstor Ojeda dice que si esta administración quisiera hacer de Notimex un espacio estratégico, independiente en términos editoriales y con una distancia clara del gobierno, tendría que retomar con mucho vigor, primero la inversión, y segundo, el cambio de modelo legal. Ya hubo un avance pero no ha sido total, todavía la agencia está muy lejos de ser una BBC, una EFE o una AFP.
“También necesita recursos para poder realizar investigaciones propias de manera independiente. Lo que hace una agencia de Estado es tener un compromiso de información directa, clara y diáfana con la sociedad y no responde al interés del gobierno. Evidentemente Notimex no tiene esas características todavía, se quedó a medio camino”.
Para Ojeda, Notimex estuvo a punto de lograr esta evolución en 2000 o 2001. “Se estaba en camino pero se rompió en el conflicto que hubo con Proceso. Luego el gobierno de Vicente Fox y los subsecuentes no consideraron que una agencia informativa de Estado independiente les generaría un valor real”.
Ojeda fue uno de los protagonistas del proceso de transición de Notimex durante el primer año del primer gobierno federal no emanado del PRI: el de Vicente Fox. Llegó a la agencia en abril por invitación de Gerardo Galarza y Daniel Moreno. A ese equipo de transición, liderado por el experimentado periodista Francisco Ortiz Pinchetti, le tocó trabajar para que Notimex pasara de ser un mecanismo de propaganda del gobierno a una verdadera agencia de Estado independiente en términos editoriales. Se podría decir que fue el primer intento de convertir a Notimex en una suerte de BBC o AFP mexicana.
El proyecto, por desgracia, se interrumpió en medio de una disputa entre los principales directivos de la agencia y la revista Proceso, a la que muchos de ellos habían pertenecido. La publicación del libro “El fenómeno Fox: la historia que Proceso censuró”, autoría de Ortiz Pinchetti, fue la gota que derramó el vaso.
La agencia utilizó su línea editorial para difundir el libro que recién había escrito su director y Proceso se declaró víctima de los ataques del gobierno foxista a través de Notimex. El conflicto terminó en la inhabilitación de Ortiz Pinchetti y la salida de su equipo.
A casi veinte años de ese intento por transformar Notimex, Néstor Ojeda opina que la agencia no ha logrado la ansiada independencia editorial del gobierno en turno. Se fue el PAN y regresó el PRI, volvió a salir el PRI y entró Morena, pero Notimex sigue muy lejos de ser una BBC. Y ahora, con la 4T, esa meta se ve aún más lejana.
“Notimex es el antecedente de la información en tiempo real en nuestro país, es una experiencia que no se debe perder. Antes de que existieran portales de Internet, existía Notimex en México”, destaca Ojeda. “Teníamos nuestra agencia informativa con la capacidad de ver la información del mundo y de nuestro país desde una visión total y absolutamente mexicana. Yo creo que esa red de corresponsales internacional que tenía Notimex es algo que se debería rescatar”.
Dice que eso es lo que debería entenderse de esa gran función estratégica de Notimex en términos políticos, económicos, periodísticos e informativos. Merece mucho más que estar en medio del conflicto.
“Visto desde afuera podría decir que se juntaron los peores elementos posibles (en el Notimex actual): una concepción de periodismo que tiene mucho de confrontación, no basada necesariamente en términos informativos, en datos o en pruebas, y un sindicalismo que quisiera seguir gozando de privilegios a los que probablemente no tiene derecho. Yo creo que es la tormenta perfecta”.
Con información de Saúl Hernández, Enrique Hernández y Alejandro Castro
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