Con el pretexto de la pandemia y el argumento de garantizar la generación y el suministro de energía, el Gobierno federal asumió el control de la industria eléctrica, poniendo en riesgo inversiones millonarias tanto nacional como de países de la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá.
Los priistas en el Senado advierten sobre las consecuencias jurídicas (demandas) internacionales para nuestro país por incumplimiento de contratos y lamenta la falta de atención de la titular de la Secretaría de Energía, Rocío Nahle, para sostener una reunión con representantes de países que se verán afectados por los alcances de la medida asumida.
La falta de capacidad instalada para la generación de energía eléctrica, los precios del consumo industrial, comercial, agrícola y doméstico, se incrementarán y propiciará pérdida de empleos, señala la bancada tricolor en recinto de Reforma.
En ese sentido, las y los senadores destacan que el Gobierno federal le apuesta a la regresión, privilegiando el uso de carbón y petróleo por encima de las industrias extranjeras que invierten en energías limpias como la eólica y la solar.
Advierten las consecuencias negativas que traerá la suscripción del acuerdo por el que se emite la Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad del Sistema Eléctrico Nacional.
Mediante este acuerdo, precisan, se asume el control de la generación de energía eléctrica ahuyentando la inversión privada y pone en riego los acuerdos internacionales, sin prever que nuestro país enfrentará una serie de demandas de incumplimiento de contratos internacionales.
Con esta nueva medida, dicen los priistas, la Secretaría de Energía (SENER) se propone controlar a las Centrales Eléctricas de Energía Limpia, usando carbón y petróleo, lo que regresará a nuestro país a épocas donde la generación de energía causaba serio impacto al medio ambiente, y habrá aumento en las tarifas de consumo de luz tanto doméstico como empresarial y los cortes en el suministro eléctrico en todo el país será inevitable.